Nunca antes había pedido esto pero: por favor léeme hasta el final. Gracias infinitas por eso.
Debo tener mas de 10 borradores comenzados y sin terminar tratando de escribir lo que siento. A veces es fácil otras, es casi imposible plasmar lo que me sale del alma. Los que escribimos tenemos un terrible perfil masoquista. No podemos esperar a estar de acuerdo con todos, ni esperar que a todos les guste lo que exponemos. Igual escribimos con esa pasión que nos consume por horas tratando de hacerse entender. Exorcizamos con el teclado la ráfaga de pensamientos que nos torturan por dentro. Escribir nos calma con un precio imposible de pagar: Corremos el riesgo de encender a otros cuando revelamos nuestros sentimientos. Igual, aquí van. Fastidian más mis voces de adentro que las de afuera.
Pertenezco a una inmensa mayoría que piensa en una Colombia mejor, pero extrañamente en mis 28 años de ejercicio del voto nunca he ganado una elección en franca lid. Siempre he votado he contra de y no a favor de. Mi única elección libre fue asesinada en el 89. El mío, es un país secuestrado por su pasado. Uno que envidia la vida en otros países y la recrean cuando tienen la suerte de visitarlos, pero cree que jamás lograremos ese nivel de desarrollo. Vivimos en un país que siempre creyó en que tener guerrilla era un asunto normal (finalmente toda una generación viva ha crecido viendo noticias de guerra) y ahora, no sabemos vivir sin ella. Nos espantamos con las noticias de corrupción pero seguimos saludándolos, haciendo negocios con ellos, votando por ellos. Este es el país en el que he votado estos 28 años de mi vida.
Nuevamente, como hace 8 años, las personas que pensamos diferente tenemos miedo. La polarización no es solo en la calle. Se apropia de los grupos virtuales y de la familia. El tema es vedado cuando se piensa diferente. Nos callan. Nos aíslan. Conocí a muchos con miedo a perder amigos, muchos tienen miedo a ser señalados de izquierda por un fanatismo canalla que nos etiqueta hacia un extremo o al otro. Es imposible un debate. Con pocos he podido sostener una conversación franca y escucharnos los argumentos de un lado y del otro. De resto, es una estéril tierra para sembrar nada. Conocí a una persona que en voz baja me reconoció que apoya a Fajardo. "Voté por Mockus, Pamela, Pero no se lo digas a nadie". Ante mi cara de asombro, me remató "Ya no soporto más a la ultraderecha de este país. Son cucarachas del mismo calabazo." Otra amiga mia, me confesó por el interno en whatapps que había dejado de escribir porque estaba asustada. "Que tal que vuelvan las chuzadas? Realmente me asusta nuevamente volver a esos tiempos donde no se podía decir nada."
Quienes pensamos que el país si tiene una forma distinta para ser gobernado, usando el sentido común, luchando contra el monstruo de 10 cabezas que es la corrupción, apoyamos a Fajardo. No será el que mejor hable, no sera el que mejor patee la bola, no será el que le haga las mejores promesas al país, pero es el mas decente. Los que ahora temen por la izquierda o la derecha, deben pensar que existe un camino, un camino de centro. Moderado, Capaz, bien rodeado. Ese camino no es fácil, pero es viable. Implica entender que el país es diferente. Y que a pesar de las diferencias que nos separan, nuestra meta común es derrotar ese Enemigo Común que se roba nuestro futuro: La Corrupción y a todos los que se arropan con ella.
Soy Pamela Cruz escribiendo hoy 31 de marzo reflexionando sobre los valientes, los que seguimos creyendo que #SePuede, así a veces toque decirlo bajito, a pesar del miedo.
PD: Mi pequeña historia
En una cuadra hay una jovencita linda, con todo su futuro por delante, con cuatro pretendientes como vecinos:
- Uno de ellos se mudó al barrio, con mucho esfuerzo. Estudió con dedicación, tuvo una época conflictiva y pese a que tiene comodidades, reniega de lo que tienen los vecinos. Y siempre mira de reojo a los que tienen más que él.
- Otro de los vecinos acaba de llegar. Se educó bien, en el exterior. Buen mozo, habla varias lenguas, siempre está perfumado. Tiene don de gentes. No ha vivido en el barrio mucho tiempo. Solo tiene un problema: Un padre dominante que lo vigila día y noche para que no lo traicione como hizo su hermano mayor, a quien le dejó "Su legado". El pobre sólo puede hacer la voluntad del padre. Y este tiene a la jovencita aterrada que si no se casa con el hijo, caerá en desgracia.
- Un tercer vecino es un muchacho problema que ha peleado con media cuadra, y que su popularidad la paga con plata y con favores.
- El último, es un vecino educado, medio Nerd, estudioso y que trabaja en equipo, con ideas propias armadas sin escándalos, no grita y quiere hacer un hogar decente con familia educada, honrada.Y luchar porque la jovencita tenga un futuro lleno de oportunidades laborales, familiares, personales.
Si la niña fuera Colombia y los vecinos, ya los puede deducir, Con cual le gustaría que se casara su hija?
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