Esta soy yo.


"Un montón de letras que formaron un diario cuando aquellos libritos alguna vez se usaron. Una carpeta repleta archivos guardados en un rincón de computador esperando un lugar expuesto al mundo. Un espacio donde dejar al aire las palabras atrapadas en una mente en constante ebullición. Muchos temas un solo espiritu, el mio."

viernes, 3 de marzo de 2023

¡FILTROS 😱😱!!








Estaba en Bogotá en un hotel muy moderno, muy hermoso y también laberintico, lo confieso. Intentábamos llegar al ascensor, y con tanto pasillo, terminamos perdidas por algunos minutos hasta que finalmente encontramos los seis ascensores que nos llevarían a la habitación. Esperándolo también estaba una mujer mayor, bailando al son de la música que salía de sus audífonos. Sonreía y se movía alegremente. Hermosa, rubia, elegante, con su gabán verde y una pañoleta de colores.  Llevaba bolsas de compra y cuando ingresamos al ascensor, como cosa rara, le metí conversación. Por su acento supe que era mexicana, y le pregunté si estaba de paseo y cómo le había parecido la ciudad. Me habló de un programa de televisión que claramente no veo y le pregunté si era actriz. Mi amiga respondió en el acto. La había reconocido. ¡Es Laura Zapata! una súper actriz de telenovelas mexicana. Yo después de la Telenovela Alcanzar una Estrella, no tenía idea ni de nombres, ni de caras, ni de novelas.

Como mi amiga estaba tan emocionada, pregunté si me permitía tomarles una foto. Aceptó encantada con sus condiciones: Nos bajaríamos el piso de su habitación, haríamos la foto en una zona con luz solar y usaría su celular para la foto. Iba con un poco de prisa, “Voy a nadar y después voy a recibir clases de cocina, para aprender a preparar cremas”, me dijo.

Con una pericia increíble, escogió el lugar, nos acomodó, enmarcó la foto, revisó la iluminación y ¡flash! 7 veces. Revisamos todas las fotos. En una, ella no se veía bien, en otra salíamos con los ojos cerrados, en la otra no teníamos la posición correcta. Fue un proceso de selección muy divertido. En fin, cuando todas estuvimos de acuerdo, comenzamos la segunda parte de la sesión: la edición.

Yo no tenía maquillaje. Desde la pandemia, ha sido la constante en mi vida no usarlo. Luego de 9 horas de trabajo, estábamos cansadas, y se notaba. Con la misma emoción nos dijo: "Ahora mis niñas vamos a embellecernos un poco más, que para eso se inventaron los filtros". Y comenzó la edición de la foto, usando la magia del IPhone y sus programas de edición. "¿Les gustó, chicas?" Para ser una persona con mucha prisa, disfrutamos y gozamos cada minuto de este breve encuentro. Como una fotógrafa profesional terminó rápidamente la edición y nos la envió por bluetooth. Mis amigas y yo nos fuimos felices y admiradas de la sencillez de esta mujer que desapareció detrás de la puerta, mientras yo seguía intrigada porque aún no tenía ni p… idea quien era.

Llegué a la habitación y me dediqué a investigarla. En Instagram, unas horas antes y con ese mismo atuendo, había publicado que había salido a comprar ropa y elementos para nadar. También leí los comentarios que muchos seguidores le escribieron, en su mayoría elogiando lo hermosa que se ve en las fotos. Otros en cambio la criticaban porque con filtros luce más joven inclusive que sus compañeros de foto. Hasta yo, lo confieso, me quedé pensando en la diferencia entre Instagram y cómo la vi físicamente. En la noche publiqué la foto como parte de la rutina de esta nueva realidad, en la que cada persona le muestra al mundo digital un poco de su día, segura de la anécdota detrás de ella. 

Al día siguiente, conforme pasaban las horas, recibí comentarios en redes. Me sentí como Laura Zapata, ya la cara tenía nombre para mí. Elogiaban mi piel, “mi lozana belleza”, mi reducción de edad en 20 años, etc, etc. Algunos comentarios eran muy halagadores; otros, en cambio, fueron dardos, cargados con altas dosis de amargura, envidia o de las dos.  Yo me reí de todos, sin evitar pensar en la naturaleza humana. 

Vivimos en un mundo que etiqueta. De tal a tal edad, debemos vernos y vestirnos de X o de Y manera. La cédula dice la edad, el espejo cada mañana nos la recuerda y adicionalmente, tenemos que decirle al mundo que somos viejos, arrugados, aburridos o todo al mismo tiempo.

Vivimos en un mundo que condena el alma joven, como el de Laura, o como el mío. Porque por fuera podré tener 50 pero por dentro soy de 20. Y si esa foto refleja los 20 de mi alma, entonces esa soy yo. Lozana, fresca, feliz, plena. En esa foto editada, Laura logró plasmar, como soy.

Soy Pamela Cruz, escribiendo hoy 3 de marzo del 2023 sobre los filtros… esos que a veces creemos que esconden lo que no queremos que vean, cuando en realidad, resaltan lo que algunos somos por dentro: Forever Young.