Esta soy yo.


"Un montón de letras que formaron un diario cuando aquellos libritos alguna vez se usaron. Una carpeta repleta archivos guardados en un rincón de computador esperando un lugar expuesto al mundo. Un espacio donde dejar al aire las palabras atrapadas en una mente en constante ebullición. Muchos temas un solo espiritu, el mio."

jueves, 26 de enero de 2017

Carta Abierta para Alejandro #CapitalDeVida

La última vez que escribí una carta a un alcalde, estaba su antecesora, la que tenía como lema el florecer de esta ciudad, justo antes  de que comenzaran a morir los árboles que con tanto esmero sembraron por lo menos dos o tres generaciones antes que la nuestra.  Esta ciudad tenía bastante sombra - aunque no la suficiente- que nos aliviaba  un poco del inclemente clima. Hizo falta mover aquí y allá unos cuantos decretos que prohibieran a los particulares podar lo que se estaba invadiendo de pajarita, hacer inoperante al DAMAB (QEPD), mirar hacia el otro lado y convencer con el ejemplo que las palmeras, eran una excelente y mas rápida alternativa, para que esa ciudad, que se supone iba a florecer, comenzara a dejar morir a sus habitantes más nobles: los que dan sombra y oxígeno. "Barranquilla Florece" era su slogan! Premonitorio.

Ahora, después de 44 años viviendo en una ciudad que acogió a quienes huyeron la violencia partidista, una ciudad que recibió sin decir palabra a desplazados de la violencia y la pobreza, una ciudad donde se funden sin discriminación distintas religiones, opiniones, gustos sin matarse por expresarlo, una ciudad que era recorrida a pie, en cicla, en bus o en carro por su gente desde la madrugada laboral hasta el amanecer rumbero, sin ningún tipo de temor, se ahoga en el miedo. Por primera vez en mi vida, salgo con miedo. En un semáforo ya no espero el cambio viendo malabaristas, quizá comprando el periódico o tal vez tarareando una canción, mientras el semáforo cuenta de atrás para adelante o el facilitador de tránsito desenreda el caos vehícular. Ahora gasto el tiempo, mirando desconfiada al vecino en moto o al que pasa a pie. Me asustan los vidrios polarizados. Superviso que no se me acerque nadie sospechoso y me muestre un arma. Creo rutas de escape imaginarias, movimientos estratégicos y hasta he llegado a pensar qué haría, si pitar o estrellar al del frente para eludir un atraco. No salgo ni a la esquina sin miedo. El comercio a mi alrededor lleva cerrando 45 minutos más temprano. Mis redes se llenan de historias de robados, timados, drogados, perdidos. Ya no quiero ver Facebook. El diario El Heraldo uno de los mas serios de la región, asusta. Da igual leer ese, Al Día, ADN, La Libertad o Gente Norte. Ya no es noticia exclusiva para los diarios amarillistas. Ya es inevitable no publicar lo que pasa. Dos muertos diarios es inaudito. Cuántos atracos y cuantos actos violentos diarios, ni idea. Hoy es uno de esos días cuando me gustaría tener la estadística de las riñas callejeras, de los que se insultan en la calle, de esos salen como gallito fino a provocar males mayores. De los que apuñalan a sus parejas, de los que abusan niños, de los que matan por un celular, o por diez mil pesos, de los inocentes que se suben al bus con el diario para comer y terminan llevando nada a casa porque malandrines sin madre les robaron lo único que tenían en la cartera. Esto, Alejandro, simplemente se salió de madre.

En la universidad me enseñaron que cualquier persona tiene unas prioridades en la vida, que va desarrollando a medida que se satisfacen las que para él son indispensables. Maslow resumió en una muy didáctica pirámide: " La Pirámide de Maslow". La base es la satisfacción de las Necesidades Fisiológicas o Básicas, como comer, dormir, tener sexo. Un techo, un vestido. La segunda mi querido Alejandro, es la Necesidad de Seguridad: entendida como la necesidad de sentirse seguro y protegido.Una vez satisfechas estas, se satisfacen las sociales, de auto estima y de auto realización. En ese orden estricto. No hay forma de saltarlas. Si ignoramos o minimizamos una de abajo, por estar pendiente de una de arriba, tarde o temprano, terminara pesando el cambio de prioridades.  Y esto Sr. Alcalde, es lo que está a punto de estallarnos en la cara. 


Si queremos una #CapitalDeVida, como usted tan optimistamente rebautizo su periodo de mandato, el trabajo tendrá que ser conjunto. No bastan exigencias a las entidades de seguridad, ni decretos de rechazo, ni indignaciones que ya están a destiempo. La bomba social que se está gestando y que ya comenzó a explotar, tenemos que resolverla entre todos. Los del norte, los del sur, los del este, los del oeste. Y usted debe liderar el proceso. Ya sabemos que canta y que baila bien. También sabemos que le encanta construir en cuanto terreno desocupado visiona un nuevo proyecto. Reconocemos que es bueno tumbando y volviendo a hacer y que desde hace 9 años es un genio de las finanzas del Distrito. Ahora necesitamos que demuestre sus dotes de líder, que nos una en torno a este objetivo común de mantener una ciudad vivible, habitable con oportunidades para todos. Me propongo de voluntaria. Ya no somos el mejor vividero del mundo y estamos a punto de entrar en el deshonroso y ranking de las más peligrosas del orbe. Usted díganos qué hacer, y todos estaremos listos para apoyarlo. Este, Alejandro, es el reto de su vida.

Soy Pamela Cruz, escribiendo hoy 26 de enero 2017, convocando al burgomaestre a una cruzada ciudadana para restablecer una paz y seguridad estables y duraderas en una ciudad que clama por volver ser una Verdadera #CapitalDeVida y #ElMejorVivideroDelMundo.

PD: Ya circulan en las redes parodias de canciones adaptadas a la situación que vivimos, memes exigiendo su actuar, memes preguntando que hacer, chistes sobre como estar preparados en caso de atraco o de muerte por robo. Esto ya no es un chiste.  





sábado, 21 de enero de 2017

De la Familia

En casa tuvimos perro desde que tenía como 8 años. Mi papá sucumbió a la tentación, fruto de la continua presión de tres mujeres que le hicieron prácticamente la vida imposible hasta que adoptó a Lulú. Una extraña mezcla de Pequinés, con Cacri y cooker. Lulú había intentado suicidarse desde el segundo piso de la casa donde vivía. Simplemente no se entendía con sus dueños. No se querían. Y la perra lo sabía. Desde que llegó, la amamos con loca pasión. Mi padre era absolutamente indiferente a sus ojos tristones. A su mirada encantadora y a la cola enloquecida que ondeaba cuando estaba feliz. Sabía cuando él llegaba. Desde la terraza, donde descansaba en una silla sólo para ella, se lanzaba en una carrera desenfrenada por el pasillo de nuestra casa, hasta la puerta principal antes que le abriéramos a mi padre, solo para darle vueltas como un muñeco de pilas, y ladrando con la más grande alegría que no le era correspondida. Siempre pensamos que mi padre no la quería, hasta que la vio enferma y salió con ella como un lunático buscando veterinaria para salvarla de la hepatitis. Todos los días le daba su medicina y supervisaba su recuperación. Así supimos que él, a pesar de no decirlo, la amaba. Gracias a Lulú, en casa estuvieron Bummer, un pastor alemán, que murió envenenado, Pitufa y Benji, los hijos de Lulú y Pillín, el perro del vecino, a quienes mi padre rebautizo, Nieves (Pitufa) y Tribilin / Monchito para Benji. Así fue: Un perro con tres nombres. Y a los tres, respondía. Era belfo, y mi padre se burlaba del pobre Benji, Tribilin o Monchito, Eso sí, nunca dejó de consentirlo hasta que murió de viejo después de 3 casas de paso, y de subir y bajar miles de veces la escalera, sólo para acompañarnos a las habitaciones de nuestra ultima casa de solteras.

Mi primer intento de amor perruno, fue más un experimento antes de quedar embarazada. Duró 2 días. Nos regalaron un Shih Tzu de 2 meses que bauticé Thai Chi por aquello del balance en la vida. La berraca perrita marcaba su territorio una vez trapeaba el piso. Mi esposo la protegía pero despues de un día limpiando apartamento y ella volviendolo a mear, le dí un ultimatum a mis padres: O se la llevan o la regalo. Ese mismo día, la adoptaron, hasta su muerte atropellada por un carro que nunca vió. Mi madre lloró desconsolada, como si hubiera muerto una persona, por un mes. Finalmente a su vida llego Thachy, mañosa, grosera y majadera, a quien aman más que a mí, su hija. En mi casa tuvimos el mismo patrón con mi hijo cuando cumplió 8. Snoopy llegó un 24 de diciembre en la madrugada, fruto de la complicidad de Roxana y Zulma, mis grandes amigas, que lo cuidaron y lo metieron en mi casa para que mi hijo lo descubriera al otro día. Nunca olvidaré su carita que no salía del asombro, cuando llegamos de la cena navideña, de madrugada y oyó sus ladridos de 2 meses. Snoopy... quien ahora lleva el honroso Señor por delante, come con nosotros, duerme con nosotros, llora cuando estamos tristes y corre como loco cuando está feliz, lo que le pasa todo el tiempo. 9 años y no imaginaría un día sin el "Señor Snoopy", que nos gruñe si le gritamos nuestro hijo. A veces, solo por provocarlo simulamos pegarle. Snoopy deja de ser tierno y cariñoso y se transforma en una fiera... todos reímos solo de verle la furia y los dientes.

Hace unas semanas una familia amiga, perdió su perro. No es poca cosa. Logró cosas nunca antes vistas en esa casa. Como que el perro fuera protagonista de sus vidas. Como darle un compañerito a su hijo menor. Como que su dueña lo tomara entre sus brazos y lo llenara de besos y abrazos, cosas que por lo menos yo nunca le daré al Sr. Snoopy. Como que durmiera con ellos en la piecera de la cama y que fuera indultado de cada una de sus diabluras, solo entorchando su cabecita y poniendo cara de cordero degollado. Hemos ingresado por cuenta de Lucas, al mundo de los perros perdidos. Me alarma la cantidad de perritos extraviados en la ciudad. Veo ahora en la calle a los cuadrúpedos con otra cara, distinta a la indiferencia y el desdén. Pensando que en alguna parte de Barranquilla, Lucas está perdido, sin saber donde encontrar a su familia, la que le da su amor con besos, abrazos, caricias, me puse a pensar que sería de nosotros si el Sr. Snoopy se fuera así, sin decir adiós. En el 93 perdimos a Pitufa, en uno de los trasteos. Han pasado 27 años desde esa noche que recuerdo como si fuera ayer, y no pasa un sólo día en que la vea en una perrita igual y no alcance a imaginar que es la mía. La esperanza, la esperanza nunca se pierde.

Soy Pamela Cruz escribiendo hoy sábado 21 de enero del 2017, a quienes tienen perritos perdidos, diciéndoles que no pierdan la fe. Que hay que seguir buscando y que en el mundo perruno hay gente buena, gente y grupos que jamás hubiera imaginado que existen, haciendo lo imposible, y con las uñas, por ayudar a restaurar la paz perdida en el hogar, cuando, uno de la familia se pierde de casa.

PD: Que fantástico sería si Ringo, el hijo perruno de la Familia Rueda, nos ayudara a que en Barranquilla se crearan Centros de Acogida y Adopción para los perdidos perrunos de la ciudad. Ciudadano de Honor




Pinky Animalista Rescatista
Perros y Gatos Perdidos en Barranquilla
 #WasapeaAELHERALDO (310 438 3838)





sábado, 14 de enero de 2017

El rostro detrás de la noticia

Ayer mi dia terminó con una triste noticia. El hijo de un extrabajador de mis padres murió arrollado por un camión cuando volvía a su casa. 29 años. Ingeniero Mecánico. Tenía una hijita a quien decidió criar con ayuda de sus padres. Este joven trabajaba en Bavaria. Había logrado su puesto con mucho esfuerzo y tesón. Fue un excelente estudiante desde que lo conocí, siendo un chiquillo inquieto. Sus padres trabajaban en el negocio familiar de los mios. Habían venido del campo y le huían a la mala fortuna. Ella trabajaba en aseo, y él era celador. Su madre hizo todo y más para que sus hijos estudiaran. El chico lo había logrado. Era alegre todo el tiempo. Aún cuando no tuviera por qué. Heredó de su madre esa sonrisa buena. De los que le sonrien a la vida cuando están en la buena y también en la mala. No era resignación, era saber vivir a pesar de lo malo que pueda llegar a ser. Hace unos meses me llamó a ofrecerme ingresar a Fuxion. "No gracias", le dije. "Suerte. Eso es para jóvenes como tú". Ayer me entero de su muerte. Absurda, estúpida. Dolorosa. Inútil. Tan a destiempo. 

Alguien me dijo que la noticia había salido en El Heraldo. Efectivamente, así fue. Reseñada con un título cualquiera. "Muere motociclista en la circunvalar arrollado por un camión".  74 palabras. 16 renglones. Al final su nombre y su edad, errada por cierto: Nicolas Jimenez 25 años.  El no merecía 74 palabras y 16 renglones en el diario que inmortalizó su muerte pero no registró su vida. Era más que un motociclista por el mero hecho de manejar una moto, la misma que había comprado 1 mes antes con sus ahorros. Era un hijo, un padre, un hermano, un amigo. Era un ingeniero y sobre todo un ser humano muy noble. Que triste que su vida haya sido reducida a 74 palabras y 16 renglones en las judiciales del diario del mayor circulación en la costa. 10 semestres de carrera y el periodista lo único que pudo hacer fue registrar lo obvio y no investigar más allá de los que sus ojos o los lectores le escribieron en su servicio de mensajería instantánea. La inmediatez está bien, es útil; es noticia,  es de interés general. Pero los protagonistas de la noticia que tantos lectores le trae al diario, merecen, en sus fatales 5 segundos de fama, tener un retrato humano de quienes fueron en realidad. Que no sean solo una cifra más en la estadística local. Merecen por lo menos una historia escrita que pueda ser contada y por lo menos lamentada por ese lector que ahora lee y que ya no se conmueve por nadie.

Soy Pamela Cruz, escribiendo hoy 14 de enero 2017 sobre Nicolás Jimenez Nieto, hijo de Nicolás y Miriam. Hermano de Erika y René,  padre soltero de Nicolle. Bachiller del Instituto Técnico Industrial. Ingeniero Mecánico egresado de la Universidad del Atlantico, Empleado de Bavaria, emprendedor de Fuxión quien a sus 29 años, en una desafortunada tarde soleada del 12 de enero del 2017 dejó su vida al ser embestido por un bus que se dio a la fuga y quien al caer fue arrollado por un camión mientras conducía en la vía circunvalar de esta ciudad. Eso, señores de periodistas, es más que un motociclista.

http://www.elheraldo.co/judicial/motociclista-muere-en-la-circunvalar-tras-ser-arrollado-por-un-camion-319102

miércoles, 11 de enero de 2017

Hoy cumple mi galan

Hoy cumple mi galán. Mi primer amor.

El que me bañaba medio dormida cuando era pequeña para ir al colegio El que sacrificaba sus domingos para llevarme a una estación de radio, el que se incorporo a las filas de los scout solo para tenerme cerca en los campamentos. El que nos llevo cada dia durante 11 años al colegio, contra nuestra voluntad de querernos irnos en bus, solo para tener conversaciones mañaneras y poder entender que pasaba por nuestras cabezas, con solo oirnos hablar entre nosotras. 

El  que se atravesaba media ciudad al almuerzo solo para hacernos sentir acompañadas, el que no me dejaba ir sino a una fiesta por mes en epoca de quinceañeros porque era mucha fiesta para una niña de bien, el que me dio llaves de casa despues que le saque copias a espaldas suyas, el que me abria la puerta despues de una noche de rumba, el que nunca dijo que no le gustaban mis novios, porque yo sola debia darme cuenta, el responsable de afeitar al que seria mi esposo porque era muy viejo para mi, y con la barba se veía el doble de edad. El que me ha sostenido cuando ya las fuerzas no me alcanzan... el que esta alli en todas las condiciones de mi vida... el que me da consejo sin pedirlo y no para hasta asegurarse que lo haya escuchado y comprendido.

Hoy cumple el amor de mi vida. Mi padre Jaime Cruz Gonzalez. Hijo de Basilio y Amalia, hermano de  Basilio, Irma, Isabel Cruz Gonzalez, Idaly, Ines, Iris, GLoria, Jose, Juan, Jose Luis,  nacido en Chaparral Tolima pero criado en  San Martín Meta; hijo del llano, con historias sin fin, experto en Cien años de Soledad, la única obra que según él, escribió el Nobel. Conocedor de mil temas y un delicioso conversador de noches eternas. Disciplinado al extremo, negociante desde siempre, excelente hijo, hermano, esposo, padre de 3 mujeres, abuelo de 5 hombres y una niña. Tio alcahuete de sus sobrinos. Trabajador incansable. Pesimo cantante, tomador de tinto bueno, fan de Cantinflas, el Chavo, El chompiras, Chespirito y Pedro Infante. 

Ese es mi padre, el que hoy nos premia con su presencia. Amen por ti padre,
.

La mesa de Ping Pong

Eran mediados de los ochentas, y en casa había una adolescente y 2 pre adolescentes, como les llaman ahora. Siempre he dicho que el Niño Dios era un poco arbitrario en casa porque traía lo que le venía en gana y no lo que pedíamos. Así que, cada 24 de diciembre, vivíamos con la expectativa de qué ocurrencia se traía entre manos este poco convencional Niño Dios. Aquella navidad, creo que del 84 u 85, no fue la excepción. El regalo fue comunitario y ademas aparatoso: Una mesa de Ping-Pong.

Nuestra casa en la Cra 66 75 46 era una casa grande. Bastante  cómoda a decir verdad. Tenía 4 cuartos, dos baños, un enorme patio y una terraza que mi padre colonizó para su hamaca. Ese lugar era infranqueable. De 1 a 1:45 p.m de lunes a viernes y los fines de semana sin horario estipulado, la terraza le pertenecía. Era su lugar de la siesta, la misma que le he visto hacer los últimos 44 años de mi vida. Y también el lugar de las juntas familiares, finales de fútbol almuerzos de domingo. Y fungía como sala de estudio, en algunos casos. Pues bien, allí fue donde terminó la dichosa mesa de ping pong. No sabíamos que hacer con eso. Por Dios Santo!!! Eramos 3 mujeres entrando en la era del glamour, la moda, los peinados y los chicos. Y mi padre nos regalaba una cosa tan... deportiva, tan masculina. Pues bien, nos figuró armar y desarmar la mesa en el garaje hasta que decidió que su lugar era la terraza de la casa. No recuerdo cómo, pero de algún modo en las noches que siguieron, a casa comenzaron a llegar compañeros de colegio de mi hermana, nuestros, amigos de la cuadra y una cantidad inusual de personajes,  todos al tiempo, para jugar en la famosa mesa de ping pong. Terminábamos en la madrugada, sudados, exhaustos, felices. De la nada armábamos torneos: hombres con mujeres, hombres con hombres, mujeres contra mujeres, hombres con viejos. Hacíamos dobles. Eran noches enteras desde las 7 p.m. hasta que alguien decía "Vámonos que es tarde". Terminábamos cansados, en el suelo, como borrachos luego de una noche de parranda. No recuerdo cuanto tiempo duró la fiebre. Cuando se es pequeña las cosas a veces duran menos de lo que una se imagina.  La mesa poco a poco fue usada menos, tal vez cambiada por otro hobbie, que se yo. Finalmente, un día se desbarató, como todo lo que se ahora se hace y fue botada en la basura. 

A finales del año pasado, ese que se fue hace 11 días, estuve en un almacén y vi una mesa de ping pong que estaban vendiendo. Fue como un baldado de recuerdos, todos encima y recordé esa historia. 35 años después, tal vez, vine a comprender los malabares que hicieron mis padres por mantener el equilibrio entre la vida social de sus hijas, sus tesoros preciosos, y la seguridad de sus vidas. Mi casa se convirtió, en aquella temporada en un Club social de chicos y chicas entrando y saliendo alrededor de un tema en común, la mesa de ping-pong.

Soy Pamela Cruz, escribiendo hoy 11 de enero del 2017, cuando mi padre cumple años, recordando una vez más su generosidad profunda y amor incondicional, representada en esos actos que no se muestran con sus esquivos abrazos pero si se demuestran con detalles de esos, tan suyos, tan aparentemente exóticos y carentes de sentido, como la mesa de ping-pong. 

Feliz Cumpleaños, Jaime. Eres mi regalo perfecto en la vida!!! 




domingo, 8 de enero de 2017

Sobre la masacre de Charlie HEbdo

Me duele el asesinato de niños, porque matan el futuro, me duele el asesinato de un toro porque se devela la salvaje naturaleza de sus manos aniquiladoras por placer, me duele el asesinato de viejos porque matan la experiencia y la indefencion. Me duele el asesinato de periodistas, de activistas, de denunciantes porque apagan los ojos de la consciencia del mundo. Me duele el asesinato de arboles porque matan poco a poco los generadores de oxigeno que respiramos.

Me duele igual la muerte de uno o de mil. Me duele igual si fueron a la camara de gas o si fueron ultimados uno a uno. La sensacion de vacio en el estomago es la misma. La rabia y la impotencia es la misma. El desconsuelo, la indefencion es igual. 

Que nadie se atreva a sopesar nuestros muertos de la guerra con los muertos del diario en Paris.... Una barbarie es una barbarie.  :(

El palo de Naranjo

Lo bueno de los paseos de finca es la capacidad relativa de desconexión. Hoy, mientras pelaba un mango, mi suegra recordaba sus días de finquera y me contó una historia.

"Cuando yo tenía la finca había muchos naranjos", comenzó. Si uno los cuida, un naranjo puede dar hasta 600 naranjas por cosecha". Nunca he visto más de 20 en los modestos naranjos que han rodeado mi vida, pensé. "Yo los cuidaba mucho. Tanto que traía un señor desde Medellín para que los podara. Sin embargo, había un palo, que por más que lo abonaba, regaba y podaba, nunca había parido. Lo cuidaba y el caprichoso árbol, simplemente no daba fruto. Un día, recorriendo el sembrado con el capataz le dije, "compadre, si en 15 días este árbol no saca flores, me lo corta". La espada de Damocles, había sido sido declarada sobre el palo.

Unos días después, mi suegra llegó a la finca  y cuál sería su sorpresa cuando el capataz le mostró el árbol  sentenciado,  completamente florecido. Complacida esperó la cosecha, cargada de enormes naranjos dulces. Una vez terminó de parir, el árbol se secó pocos días despues y murió.

En la vida cualquiera de los caminos que tomes te lleva a la misma parte: La muerte. La diferencia entre ellos es una existencia corta o larga y carente de sentido, como había sido la de ese arbolito que no daba fruto, o memorable al extremo, como cuando se exigió lo máximo de si mismo, dio sus frutos y finalmente murió, quedando su recuerdo intacto en la memoria de quienes lo vieron parir,  dejar su fruto y después, pasar a la historia.

Soy Pamela Cruz escribiendo hoy 8 de enero 2017 sobre los ejemplos de la naturaleza para una vida con sentido.

viernes, 6 de enero de 2017

Tolerancia y Autocontrol

Hace exactamente un mes no escribía nada. Sentí que debía replantearme cosas, la musa pidió descanso y simplemente se fue una noche por la ventana; y a veces, estos días, ha hecho un intento por entrar.

Mucho se ha escrito sobre el autocontrol y la contención. He leído sobre personas que han sido victimas de alguien que no lo ejerció o que simplemente respondió ante un insulto de una forma para nada civilizada. Siempre me he preguntado como reaccionaría ante una circunstancia extrema. Ante una amenaza, una provocación o una sensacion de peligro. Fuimos educados para vivir sin atender el minuto a minuto. Acostumbrada a vivir sin una atencion plena, creería que, en circunstancias extremas, mi cuerpo simplemente reaccionaría sin medir el alcance, sin darle tiempo al cerebro a pensar. Pues bien hoy fue el día donde pude vivirlo en carne propia. Y la sensación, mientras escribo esta nota, aún me pone los pelos de punta.

Considerandome excelente conductora, detesto ir por la vía esquivando a los que no usan las direccionales, cruzan al lado contrario que indican y viven de trastada en trastada por la calle. Hoy iba con mi esposo al trabajo. De repente, el carro enfrente frena en seco y a punto de estrellarme freno a pocos metros del mismo. Mi impulso luego de retomar el camino, al pasar por su lado, fue espetarle un sonoro "Idiota", y seguir mi camino. Mi sorpresa fue mayúscula cuando de repente la camioneta perlada se nos viene encima en pique; mi reacción fue acelerar más que ella, para no dejarme bloquear. Confio mucho en mi carrito pero esa carrera estaba perdida. Efectivamente, la camioneta me rebasó y bloqueó el camino. Un hombre joven, de unos 30 años se bajó, manos en la cintura y actitud desafiante. Caminó hacia el lado del conductor y cuando se dio cuenta que era mujer, se fue al lado del copiloto. Su actitud era arrogante, miraba como si nos pidiera bajar del carro. Caminó hacia nosotros y yo alcancé a retroceder un poco.  Se quedó mirándonos fijamente, lo que para mi fueron largos minutos, pero que en realidad fueron como 40 segundos. Dije que llamaría a la policía y acto seguido el hombre se regresó a su camioneta, hizo como si fuera a sacar algo, se montó en ella y comenzó a moverse, lentamente. Seguimos grabandolo por unos 40 segundos más, hasta que desapareció de la calle, dejándonos exahustos, asustados y en mi caso, profundamente avergonzada.

Soy Pamela Cruz escribiendo hoy viernes 4 de enero 2017, reflexionando sobre la importancia de la atencion profunda de nuestros actos y  recordando que existen peliculas como Relatos Salvajes, que pueden volverse realidad cuando uno menos lo espera.

PD. Hay un video. Creado a partir del instinto de supervivencia y grabado sin pensar. Cierren los ojos. Su camiseta era roja tenía una gorra. Su cara, pudo haber sido la de cualquiera.