Confieso que en esta casa, la esposa no ha sido dotada del don de la creatividad culinaria. Yo abro la nevera, veo dos huevos, un tomate y aceitunas y no sé qué hacer con eso. Mi esposo y mi hijo, he de decirlo, convierten esos ingredientes en manjares. Gracias a Dios por eso. Porque mi solución para obtener comida es pedir un domicilio o fritar el huevo, partir el tomate y comerme cada cosa por separado.
Un día, comenzaron a llegar. En medio de la desesperación, no me había dado cuenta que la sobrevivencia alimenticia de mi hogar estaba en juego. Mi congelador era un laberinto de cosas congeladas que no tenían ni rotulo, ni explicación. Mi cabeza era un maremagnun de locura y solo tenía cabeza para pensar en mi marido y encontrar una fe perdida. Pero ellos, esa partida de locos, usando el chat que armaron sólo para esto, organizaron un estricto cronograma de almuerzo que nos salvaron la vida. Desde el día 1, perfectamente empacados, procedentes de sus casas, o de algún restaurante, puntuales, a medio dia, nos esperaba ese paquete enorme de comida, bendecida con el amor de los amigos, que nunca faltó, día a día durante 45 días. Si 45 días. Porque mi marido estuvo 27 dias en la clínica pero ellos - muy sabios, pensaron en unos días más para que en casa no nos preocuparamos por qué comer. Durante esos dias preciosos, recibimos muchos regalos. Oraciones por mi esposo, medicinas de parte de mi hermana, llamadas cada 2 horas de mis dos cuñados que no paraban de explicarme cada cosa que pasaba en el intruncado mundo de la UCI donde reposaba el cuerpo fisico de mi marido. Recibimos tantas bendiciones que sólo puedo agradecer por ellas en medio de nuestra tormenta. Especialmente esta me conmovio hasta el llanto. El amor en cada plato, la generosidad en su máxima expresion, la recursividad para estar, aún viviendo fuera del país, metida en esa lista de distribucion. Esa lista fue mi lista de amor. De ese amor incondicional que dan los amigos. Esos bichos raros que se encuentra uno en la vida. Yo tengo unos que me encontré en el Colegio Americano, en mi Universidad,., en una maestría, me los encontré andando en la vida. Esos que a veces me sacan la piedra. Esos a los que yo tambien les saco la de ellos. Esos que no vemos mucho pero que llenan mi corazón con su cariño. Esos que me aman como soy y que amo como son. Ustedes amigos, me salvaron la vida y la dignidad diaria con un almuerzo decente en mi mesa. Lo reconozco, no me da pena. No hay bendicion mas grande que un amigo, porque son los hermanos que escoges, mientras vives la vida. Y los mios, mis bichos raros, son mi tesoro del pirata. Gemas y Oro para mi alma. Angeles puestos por Dios para salvarme en los momentos más duros de mi vida. Gracias! Gracias! Gracias! Ustedes saben quienes son!
Soy Pamela Cruz, escribiendo hoy 19 de Septiembre 2020, Dia del Amor y de la Amistad, en honor a esos bichos raros que son míos, sólo mios, que no se encuentran a la vuelta de la esquina. Que me demuestran un amor que no merezco! Los amo.