Esta soy yo.


"Un montón de letras que formaron un diario cuando aquellos libritos alguna vez se usaron. Una carpeta repleta archivos guardados en un rincón de computador esperando un lugar expuesto al mundo. Un espacio donde dejar al aire las palabras atrapadas en una mente en constante ebullición. Muchos temas un solo espiritu, el mio."

domingo, 31 de julio de 2016

Los Conquistadores

Uno de mis placeres más mundanos es viajar. Alimentada por historias de infancia y libros leídos, me hice la promesa de viajar una vez al año al exterior y cada que pueda al interior para darme ese pequeño lujo de conocer lo que pueda del mundo. Trabajar en lo que hago alimenta el sueño de otros para lograr lo que yo más amo: viajar. 

Hace un mes llegamos de vacaciones en México. Nos tomamos 10 días que resultaron siendo escasos cuando comparo los sitios visitados versus la vasta extensión mexicana. Caminar por sus calles es un placer absoluto. Los parques, sus avenidas, su arquitectura, su gente. Oler y comer en las esquinas sus exquisitos platos. Pero sobre todo admirar sus ciudades. Las de ahora. Las de antes. Pirámides como las de Teotihuacan, Cholula, el Complejo Arqueologico de Cantona, los canales de Xochimilco son sencillamente asombrosos. Recorrer barrios como Coyoacán, Polanco, el Centro Histórico de D.F., con construcciones de siglos de antigüedad le dan contexto a la historia. Sentir la preocupación por restaurar joyas del pasado y hacerlas útiles en el presente, es esperanzador con una generación a la que el pasado le es indiferente. Caminar por sus calles y encontrar oculta tras la maleza una iglesia de 400 años, es un tesoro de pirata. Ingresar al Palacio Nacional de las Artes y contemplar casi 100 años de lujo desbordante, con mármol de piso a techo, dan cuenta del esplendor y del gusto con el vivían las generaciones pasadas. La vida mexicana -cargada de simbolismos- gira alrededor de su gastronomía, una de las más maravillosas que he conocido y que transpiran pasado, presente y futuro. El libro "Colombia donde el verde es de todos los colores", bien  explica una de las diferencias entre nosotros y los mexicanos: ellos tienen claro quienes son y de donde vienen. Tienen consciencia de su pasado diverso. Por eso, lo que conocemos como "mexicano" a secas, adquiere su propia diversidad cuando, con paciencia y tiempo, nos comenzamos a entender las diferencias que no nota el extranjero pero si reconoce el nacional.

Ayer, mientras le daba un recorrido a un visitante australiano, recordaba, una de nuestras tardes en Puebla. Habíamos almorzado en el mercado público. En plena plaza, sentados en una silla y una mesa enormes, sin lujo ni pretensiones nos comimos la mejor Cemita de Puebla. Visitamos el Monumento de los caídos. Una extensión de tierra enorme con museo, lago, mirador, las infaltables letras de la ciudad, patos, bancas para sentarse, y sobre todo, verde, mucho verde. Terminamos el día haciendo fila para comer churros con chocolate caliente y rematamos en visita guiada al palacio municipal, donde despacha el presidente de gobierno, es decir, el alcalde y el consejo de Puebla. Mi tour barranquillero comenzó tipo 3:30 p.m. por la Avenida del Rio, donde aprecié cómo 3 años después de su inauguración, la única novedad es el brillante aviso de la nueva alcaldía, y al contrario de lo que esperaba, el óxido amenaza la integridad de postes, luminarias y miradores. Los muelles están podridos, en precarias condiciones sin aviso que advirtiera a quienes buscaban descansar a la orilla. Los locales construidos siguen cerrados, sin operación comercial. No pudimos caminar por el centro. Qué le iba a mostrar si en la calle no se puede caminar y los edificios antiguos, esos que contarían una historia, se resignan a su suerte en medio de capas de avisos viejos, apocando el esplendor de su pasado memorable. Íbamos a llevarlo a la plaza de San Nicolás pero el hombre no era de iglesias y, sin árboles, realmente es infernal pasear a las 4 p.m. Pasamos por el Viejo Prado y mi visitante preguntaba por qué casas tan hermosas están tan deterioradas. Le conté que nuestro Teatro, orgullo en los 80's estará cerrado por alguna razón. Me dio vergüenza contar que el coliseo cubierto fue demolido pues ya le había anunciado que también lo será el estadio de béisbol y el de fútbol. Desvié su atención a los árboles y a la historia de la planificación inteligente de Parrish hace 100 años. A la belleza del bulevar decorado con sus árboles. (Obvié los que se están muriendo por la pajarita). Seguíamos tratando de mostrar la ciudad, pero encontramos edificios. Lo llevamos a merendar y luego a comer helado. Me resistí a sucumbir frente a la simplista tentación de bajar en un centro comercial y abandonarnos al comercio. El vive en un mundo donde la gente los sábados sale y disfruta de sus espacios públicos. Yo quería que viera los nuestros. No pude.  

Esta semana la tendencia en redes y conversaciones ha sido el Museo Romántico. Embargado por falta de pago (no es la primera vez que le pasa según una nota de El Heraldo en el 2013), el sueño de quien considero el último amante fiel de esta ciudad, se le ha convertido en una cruel pesadilla. Su titánica labor de construir una memoria histórica diferente que integre cultura y tradición, tiene de romántico el pasado de una ciudad que era amada y respetada por sus habitantes. Una ciudad orgullosa que se levantaba pese a las injusticias centralistas. Una ciudad que respetaba y planificaba para generaciones futuras, en la búsqueda de permanencia y memoria. Pues bien. El museo solo alberga un pasado ingenuo y romántico que no existe hoy. Como los objetos valiosos que poco a poco van perdiendo su brillo, así se encuentra la ciudad. El museo es como esa cajita de recuerdos que solo tienen valor para quien los atesora con cariño, para quien tiene recuerdos gratos al contemplarlos. Lo corroboro hoy mientras anuncian con el mayor orgullo La Nueva Mega Obra de esta administración: la construcción sobre los terrenos de El batallón. 
El espacio verde del sur, a la orilla del rio,
en menos de lo pensado sera La Alcaldía en La loma

Modificando el POT, lo que se hubiera constituido como  "Mayor Pulmón de la ciudad" con 51 hectáreas, ahora es solo una burla a los gritos desesperados de los que exigimos menos cemento y mas verde que el miserable medio metro cuadrado de espacio verde por persona al que nos tienen condenados los políticos y con el que pretenden conformarnos. Nos "arreglaron" los parques para hacernos creer que vivimos un sueño de #CapitalDeVida y una #BarranquillaFlorece Y mientras nos embolatan con migajas, nos arrebatan la memoria y de paso, la ciudad. Vil, descarada y arrogantemente, están destruyendo sobre lo construido imponiendo su huella de prepotencia y poder. Nos arrebatan tierras comunitarias para imponernos edificios repletos de gente, en el cínico nombre del "Progreso" y con la miserable excusa de crear vías de descongestión, mientras hace años tenian arregladas las tierras para edificios que haran mas dificil la ejecucion de los servicios públicos en esa zona de la ciudad.

Soy Pamela Cruz, escribiendo hoy 31 de julio del 2016, después descubrir que las "34 hectáreas" que se destinaran para nuestro nuevo "Central Park Criollo" y que equivalen a la ridícula cifra de 340.000 metros cuadrados, o mejor 0,34 km2 mientras el Central Park de NYC, el de verdad, verdad tiene la bicoca de 3,200,000 mt2, que equivalen a 3,41 km2 o mejor 340.000 hectáreas. Aún no sé si reir o llorar cada vez que descubro en pleno siglo 21 nos siguen regalando míseros espejitos de latón mientras "los conquistadores" se siguen robando nuestro oro.

En pleno centro de la isla se aprecian las 340 hectareas
de Central Park


PD: Sera que algún día nosotros ciudadanos de esta tierra seremos capaces de defender lo poco que aún nos dejan.?

domingo, 10 de julio de 2016

Hágase Rico y ArmoTodo

Cuando era pequeña, dos juegos mantenían ocupadas nuestras tardes de vacaciones: Hagase Rico y ArmaTodo. En el uno jugábamos con dinero de mentiras y ganaba quien se apoderara de todas las propiedades y quebrara al resto.  Podíamos amanecer sin que ninguna se diera por vencida, sostenidas por nuestro orgullo y con algunos billeticos de juguete en el bolsillo. El otro, bueno, el otro era un juego de hacer casas, edificios y tumbar y de nuevo armar. Recuerdo la sensación de poder que me invadía cuando desarmaba y armaba otro nuevo edificio. Por un lado, era tristeza por el tiempo gastado. Por el otro, era esa sensación todopoderosa de tener el control absoluto de hacer y deshacer a mi antojo.
La noticia de la semana, la que se anuncia con bombos y platillos, es que el Distrito reconstruirá la carrera 38. Para generaciones anteriores a la de los 90's, esta calle conectaba entre otros, a los amantes que viajaban desde la 38 con 80 hasta la vía Juan Mina, con sus nidos de amor por horas. Yo la recuerdo, además, porque en el colegio, mis sesiones de Vigías de la salud se llevaban a cabo en el humildisímo barrio La Pradera y el bus escolar nos dejaba y nos recogía justo en la entrada del famoso Maracaná.
Hace poco más de 10 años, un grupo de empresas constructoras, compraron terrenos prohibidos para la construcción a sabiendas de la situación inestable geológicamente hablando de los suelos, documentada por el  urbanizador, Karl C Parrish, y construyeron el sueño de muchas personas que pusieron los ahorros de su vida en una nueva vivienda. Las mismas personas vieron cómo se desmoronaban sus sueños con ellos dentro y tuvieron que salir, literalmente, corriendo mientras sus casas se caían como castillo de naipes. La tierra señores, la tierra, tarde o temprano se cobra la agresión. Esos urbanizadores vendieron sus construcciones, se volvieron más ricos con ellas y cuando las demandas llegaron, el Distrito, osea nosotros, pagamos por su irresponsable acción. Ahora, indemnizados los habitantes, destruida una calle -daño colateral del desastre, se anuncia con bombos y platillos, la reconstrucción de la misma con dineros de los impuestos. De esos que servirían para terminar las calles y carreras de los barrios pobrísimos que inundan la circunvalar. Yo siento asco, vergüenza y una tremenda impotencia. Uno de esos constructores que ahora estará al frente de la orgullosa reconstrucción, como una hazaña más de su administración, creo que siente lo que yo sentía cuando jugaba ArmoTodo: una tremenda sensación de poder.
Soy Pamela Cruz escribiendo hoy 16 de julio 2016 tratando de eliminar con mis letras ese terrible mal sabor en la boca que siento cuando mis ojos no dan crédito a lo que leen, y nadie se da cuenta aún que nos tratan como Echeverri, el siempre estafado personaje de Sábados Felices.

domingo, 3 de julio de 2016

Acuerdos de Paz: Leer, Nos urge leer.

Hace 4 días llegué de México, un país al que le debo una nota sobre los sentimientos que genera en mi interior. En el aeropuerto, mientras esperábamos para abordar, en una época donde todos se enconchan en sus Smartphones y olvidan al resto del mundo, yo sin batería y una señora sin celular, comenzamos a matar el tiempo hablándonos mutuamente, como en las épocas de antes. Ella es ecuatoriana y vive hace 28 años en México. Le encanta el país, pero está pensando en volver a Ecuador, después de 28 años!  Le pregunté por qué: "Porque la situación en México es terrible. Para paseo está padrísimo”, - y creo que lo dijo porque vio mi ojos desorbitados- “pero para vivir esto se va a poner terrible. " - Y cómo lo sabe? le pregunté.  La humilde mujer, con un acento mezclado entre mexicano y ecuatoriano, que sonaba como si cantara cuando hablaba, sentenció: "Por el Brexit". “Y cómo afectará eso a México?", insistí, a ver si me explicaba algo que ni yo entiendo aún. "Uuuu, señorita, no sé!  Pero las noticias dicen que esto acabara con la economía de México así que mejor me voy antes que esto comience. No quiero me que coja aquí sino en mi tierra, con mi familia". Me quede muy muda. "Llamada para abordar", aviso el auxiliar de Copa. Respiré aliviada. Fin de la conversación. 

El 23 de junio, salí a cenar con uno de mis amigos mexicanos y su esposa. Nada más entrar al coche, nos felicitó porque éramos noticia mundial. Se firmaron los acuerdos en La Habana. Ay Dios! En mi casa somos 3: Dos en contra de los acuerdos y adivinen quien a favor. A fin de cuentas, yo tengo un hijo adolescente, soy madre y mis abuelos vivieron toda su vida con la sombra de la Violencia de Tirofijo. Todo el camino, mi esposo y mi hijo despotricaron de lo firmado y yo, digna y estoica, aguanté hasta llegar al restaurante. "En todo caso," -dijo mi amigo, asombrado porque hubiera gente en contra de la firma de los acuerdos- "siempre será mejor una paz firmada que una guerra activa."

Las negociaciones de La Habana han dividido a este país desde hace 4 años pero este país, ha estado dividido por conflictos desde la independencia: Los que nunca la quisieron como se dio y los que no querían que se diera. Los que no querían la república como se dio y los que defendían lo que crearon. Los liberales, los conservadores. Los del Centro Democrático, los traidores. Y así hasta nuestros días. Los chat de amigos, son territorio peligroso en este tema. La gente entra y sale de los mismos porque se siente agredida y en serio que a veces agreden con las posturas y argumentos simplistas, y el fanatismo con el que los defienden. Yo misma me he sentido tentada a salir algunos de mis grupos cuando se toca el tema y he preferido eliminar la conversación entera sin leerla antes de polemizar sobre el tema. Las discusiones de política, sexo y religión terminan dividiendo y creando distancias. Entiendo que las posturas son inherentes a nuestra condición humana y mientras exista una discusión elevada, que trascienda los argumentos tontos y básicos que nos inyectan los medios y los demagogos para tratar de sembrar el miedo y el terror, vía ejemplos que no aplican en nuestro entorno, todo se vale. Mientras mi interlocutor sea una persona leída, que me ofrezca argumentos de historia latinoamericana, de historia, documentada de los últimos 150 años, que hable de otros conflictos resueltos y no resueltos en el mundo, o que me muestre con cifras y no rumores, de los que quieren poder usando el miedo, aceptaré esa disertación, conversación o discusión civilizádamente. Es más, si en medio de la campaña de referendo para la paz, me muestran con datos concretos donde demuestren que seguir matando jóvenes de un bando u otro y lidiando con la corrupción más salvaje del mundo, es mejor que construir país sin excusas de guerrilla, hasta consideraría mi posición. Pero para ello, tenemos que hacer algo más que replicar como loros, lo que los demás lanzan al viento a ver quién lo toma y lo multiplica, aterrado.

TENEMOS QUE LEER, dejar la pereza o la rabia o lo que nos impide hacerlo y leer. Leer lo que dice el periódico, leer sobre conflictos en el mundo, y como terminaron. Leer sobre los heridos y los muertos de la guerra. Leer sobre las consecuencias de la paz. Sobre los resultados de los acuerdos en todo el mundo y en los tiempos pasados. Leer. Leer. Leer. Solo eso nos da la capacidad de discernir y tener una opinión propia y no copiada de otros que aprovechan nuestra ignorancia para implantar pensamientos “granada”, que explotan cuando los repetimos y los enterramos en las cabezas de otros sin la responsabilidad de ponerlos a pensar. Leamos y tendremos todos los argumentos intelectuales para sostener nuestra posición, sea a favor o en contra.

Soy Pamela Cruz, escribiendo hoy 3 de julio/2016 cuando me dispongo a iniciar el análisis y revisión juiciosa del portal http://equipopazgobierno.presidencia.gov.co/Paginas/equipo-paz-gobierno.aspx  de la mesa de negociación de La Habana.  Lectura pesada. Pero es la única forma... no hay otra. Es la única forma que tengo para poder comprender este futuro que nos alcanza.

PD: Parece que no soy la única a la que le preocupa una campaña desinformada. opinion/articulo/maria-jimena-duzan-plebiscito-por-la-paz-que-pasa-si-se-pierde