Esta soy yo.


"Un montón de letras que formaron un diario cuando aquellos libritos alguna vez se usaron. Una carpeta repleta archivos guardados en un rincón de computador esperando un lugar expuesto al mundo. Un espacio donde dejar al aire las palabras atrapadas en una mente en constante ebullición. Muchos temas un solo espiritu, el mio."

domingo, 9 de febrero de 2020

La dificil tarea de ser mujer

Uno de los motivos por los que discuten mis hombres conmigo es por la demora en salir a cualquier parte. Que tanto te haces? Suelen preguntar, mientras yo volteo mis ojos y los dejo en blanco, exasperada como siempre. El mismo pensamiento me llega siempre: si la vida fuera como las películas, pediría un deseo "Que ellos un día se levantaran y durante 24 horas vivieran metidos en un cuerpecito con cromosomas XX para ver cómo les va.

Las mujeres necesitamos, o levantarnos más temprano o resignarnos a escuchar cada día la misma perolata, que reza mas o menos así "Aja y que tanto te demoras, ah?". Cada vez que me apuran siento que me doy prisa mientras mis manos solo siguen haciéndolo igual en una rueda sin fin. Por mas que intento maquillarme mas rápido, no puedo. Son muchos pasos preliminares, con muchas cremas, (el protector, la hidratante, la prime, la base, el corrector, el iluminador, etc) muchos pinceles,  colores y si hay un descuido... significa volver a empezar, y el tiempo, siempre, siempre juega en contra y no a favor. Alguna vez he osado salir solo con lo mínimo encima y, la ley de Murphy se ha encargado  incontables veces de demostrarme que, la cantidad de personas que me encontraré ese día será inversamente proporcional a la cantidad que tiempo invertido en cubrir mis pecas.  Desafiar esta ley, equivale a comenzar el día, con el pie equivocado en lo que a autoestima se refiere.

La Ley de Murphy también actúa en lo referente a  los elementos de supervivencia femenina. (bien llamados implementos de aseo y belleza personal): Los pomitos, desmaquillantes, champú, masajes,  por no decir más, a veces conspiran para terminarse en una sincronía diabólica. Justo el día que necesitas estar a tiempo, descubres que tendrás que arreglártelas con los poquitos que le quedan a cada cosa o inclusive, aspirar hasta la ultima gota del preciado - lo que se este acabando- cortando con una tijera y vaciando su escaso contenido. Me he descubierto así... varias veces, sobre todo si lo que me intento aplicar, preciso está agotado o lo traje en uno de mis viajes. El mercadeo nos usa... para extraer nuestros ahorros en belleza, en aseo, en hormonas, cuyo precios a veces rayan en lo absurdo.

El peso, las arrugas, la flacidez, el cabello, las uñas, los dedos, la cartera, el vestido. Suenan banales, pero son una real tortura para nosotras. Crecimos en una sociedad estética, donde la belleza, la armonía, la juventud, el ropero significan mucho a nivel de autoestima, de éxito y de reconocimiento. Las mujeres hemos crecido y vivido viendo hacia afuera a costa de lo que llevamos dentro. Sacrificamos mucho buscando el reconocimiento de los demás, carrera, vida familiar, salud.
Aun ahora, cuando a mis cuarenta y siete, me he enganchado en una moda personal de trenzas a costa de un ondeante cabello suelto, a veces me siento fuera de lugar, hasta que alguien se me acerca y con una mezcla de admiración y envidia me pregunta, como me hice ese hermoso peinado. Hoy estoy embarcada en la comodidad sobre el glamour, gústele a quien le guste. La primera vez que me baje de los tacones, sin sentirme mal vestida, estos ya habían acabado con mis rodillas. Sigo lamentando mi decisión tardía.

Crecí montada en el cuento de la liberación femenina y de la emancipación y derechos de la mujer. Si bien hemos avanzado mucho en derechos y reconocimiento, creo que vivimos mas atrapadas que nunca, con cargas auto-impuestas para satisfacer a otr@s a costa de nosotras mismas.

Soy Pamela Cruz, escribiendo hoy 9 de febrero, sobre cosas de mujeres, sabiendo que mi lucha con el maquillaje persiste pero sabiendo que he ganado mis pequeñas batallas personales contra mi propia imposición.

domingo, 2 de febrero de 2020

Los Pendejos

Pagan sus impuestos a tiempo, mientras otros dejan vencerlos y se acogen a las famosas amnistías que se ofrecen a fin de año o cuando hay cambio de gobierno.

Procuran mantener a punto sus automóviles, pagando las revisiones tecnomecánicas de rigor y pagando los impuestos correspondientes, mientras en la calle, observan impotentes cómo autobuses ruidosos y destartalados deambulan orgullosos por las calles, dejando su humo contaminante en el ambiente.

Resignados pagan la cuota de administración de su edificio o de su conjunto, mientras ven crecer las deudas de los que orgullosamente se pavonean y disfrutan de todos los servicios, mientras acumulan deudas millonarias, y se creen intocables ante cualquier accion legal.

Quedan inmersos en una montaña de procedimientos absurdos cuando son amenazados con embargos por dudosas foto-multas, de las que no tienen evidencia, condenados a pagar una multa no existente o condenados a una proceso judicial sin fin.

Son puestos a disposición de la justicia si por algún infortunio, y defendiendo su vida o la de su familia, terminan con la vida de un bandido, mientras los bandidos atrapados en la misma situacion, son puestos en libertad con rapidez inaudita, y una sonrisa "guasónica" en su rostro.

Hacen las filas en eventos y conciertos, ordenadamente y con tiempo, mientras indignados ven pasar a paso raudo y veloz alegres grupos que llegan tarde y se cuelan en la fila sin vergüenza alguna.

Esperan pacientes que se mueva la fila en un trancón mientras otros aprovechan cualquier hueco para adelantarse en contravía ocasionando un peor atasco en la calle o en la carretera.

Se matan por pagar sus impuestos a tiempo, para que se hagan las obras que se supone que deben hacerse en su ciudad, mientras observan impotentes cenar en el restaurante de moda a responsables de desfalcos mega-archi-millonarios ante el estado, y ademas saludan a todos como si fueran las grandes estrellas de una película de acción.

Terminan envueltos en procesos penales increíbles, con "Cárcel por Cárcel", hasta que finalmente definen su situación judicial, a veces por errores imperdonables de la justicia, que pueden durar años en resolverse, mientras que otros utilizan argucias monumentales e inaceptables ante una mente normal pero completamente coherentes ante la justicia, y terminan en "Casa por cárcel", disfrutando de una buena almohada y burlándose de los pobres estafados o victimas de sus fechorías.

Pagan o hacen cursos de manejo, para disminuir el valor de la multa por una infracción cometida, mientras otros buscan cómo evadir un castigo monetario acorde, buscando un amigo que le borre la falta, cuadrando al policía que lo pille o mandando a otro a que cumpla su castigo.

Esos somos los pendejos... los que vivimos en una sociedad que exalta y alaba al que no cumple la ley y castiga, con todo su poder, a los tontos que creemos en un marco legal de convivencia.

Soy Pamela Cruz, escribiendo hoy domingo 2 de febrero, luego del mes mas largo del año, mientras reflexiono sobre la crisis de valores invertida que vivimos donde los pendejos estamos condenados mientras los vivos son exaltados como héroes triunfantes en esta jungla moderna llamada sociedad. Peor aun, mientras el ejemplo a seguir y que todos quieren emular, jóvenes y adultos,  es quien logra burlarlo todo para conseguirlo todo a como de lugar.

PD: A proposito de mi mensaje de la semana pasada, quedé de una pieza con la foto en primera plana de El Heraldo (31/01/2020) donde había una pancarta que rezaba: "Estás entrando en territorio Rebelde, donde los estudiantes mandan y el Gobierno Obedece". Increíble.