Tengo la presión alta. Hoy intempestivamente se me subió. Como sin sal, me tomo mi pastilla, bueno, no hago tanto ejercicio como debiera, pero esta relativamente controlada Hoy sin embargo se me subió. Revisé mi libro de Diccionario de Enfermedades para comprender por que, si tengo mis factores de riesgo mas o menos controlados, se me subió la presión. Según el librito, " mis iras y contrariedades son reprimidas haciendo hervir así mi interior. Mi deseo de controlarlo todo y resolver las situaciones de mi aumenta mi presión y puede hacerse insostenible". He revisado Qué quisiera resolver y Qué me dejó la presión en donde esta. He aquí la razón:
En mi casa por alguna razón, mi madre siempre quiso que sus hijas fuéramos médicos. Crecí en un ambiente propicio para el tema. Ella era secretaria de odontología, del extinto y hasta los ochenta bien manejado, Seguro Social de la Vía 40 y muchas de mis tardes pasé haciendo tareas en su escritorio, o paseando los pasillos de esa unidad que aún podría recorrer con los ojos vendados, si existiera. 2 médicas de de 3 es un buen resultado. El 66% de las hijas se volvieron herederas del juramento hipocrático. Yo incapaz de ver las agujas sin que se me erice la piel, prefiero los números, o escribir o vender, a lidiar con sangre. Mi hermana la mayor, trabajó durante algún tiempo en una clínica Barranquillera. Estaba de moda en ese tiempo, grande, alta, prestigiosa. Un día fue llamada para informarle que su contrato no se renovaría. Para su jefe, ella tenía dos problemas: uno, le dedicaba mucho tiempo a cada paciente y dos, ordenaba muchos exámenes. Eso Sucedió en la década del 90 cuando mi hermana no dimensionaba el alcance de la "osadía" de ejercer como ella creía que debía ser su profesión. Fue victima de un sistema que cambio sin que ella, en su candidez médica, se diera cuenta.
En mi segundo trabajo, en esa misma década, en Fundiciones de Metales de Lima, tuve un trabajador que sufría de Cálculos renales. Esos que ponen a sufrir por única vez el dolor similar al parto de una mujer. Pues bien, esta persona, un eficiente y productivo tornero, tenia episodios sin poder ir a trabajar por culpa de esas piedras ubicadas en muy mala parte. Cuando le hicieron un estudio detectaron que el tamaño era tan grande que no saldría jamás por la uretra, y la única posibilidad era una "Liptotricia Extracorporea". 20 años después aún recuerdo su nombre y la impotencia que se apoderó de mí el día que el trabajador llegó con la moral en el suelo porque su única posibilidad era tomar remedios caseros hasta que se desintegrara porque el procedimiento dijeron, "no estaba en el POS". Como lo mio siempre ha sido escribir, y tenía un jefe que me apoyaba en todo, elaboré, una carta que obviamente el Gerente firmó y que enviamos directo a El Heraldo. Era nuestro último grito desesperado. Un trabajador de no mas de 30 años incapacitado por periodos de 3 días renovables cada 3 días, como acostumbran los médicos para no dar incapacidades que se cobren. Un puesto de trabajo vacío, la productividad de la empresa reducida. La frustración y la impotencia manifiestas. Pues bien, a los dos días, obró el milagro. Apareció en Carta de los lectores y durante toda la mañana el Gerente del Seguro Social Sede Centro, no hizo sino solicitar nuestra presencia para recibir de su propia mano, la orden para realizar un procedimiento, que no tengo la mas remota idea de cuanto costo, pero solucionó de una vez y para siempre, la situación laboral y personal de este señor.
Esta historia la recordé este el jueves, cuando infructuosamente he tratado de lograr que una de mis funcionarias sea atendida con juicio y no con la ligereza como ha sido atendida hasta el día de hoy, por su EPS, Sura. No hablaré de la falta que nos hace en la oficina ni de la productividad que se ha visto afectada por su ausencia. Tengo que desahogar la rabia e impotencia que siento. Me hierve a sangre de recordar que ha sido vista desde el jueves hasta hoy por 15 médicos, que los diagnósticos ha pasado por apendicitis, colon irritable, embarazo, mala alimentación, estrés, y otras otras posibilidades. Hablaré de la cita de ecografía para descartar apendicitis, que le dieron el 27 de agosto para el 1 de septiembre, y eso porque era una Urgencia. Hablaré de las 24 horas que pasó el viernes entre la sala de emergencias de la EPS y la Clinica San Martin, a donde nunca llegó un ginecólogo a descartar uno de los posibles diagnósticos erráticos, porque la clínica no carece de esta especialidad. Hablaré de la fila de médicos que diligencian formas en un computador mientras en la sala de espera, los pacientes lloran, se quejan o dormitan. Hablaré de la sala abarrotada de gente, mientras en la puerta de al lado, hay una sala vacía, la de la póliza y los médicos exclusivos esperan pacientes de primera, mientras los pacientes de POS se resignan a los tiempos. Hablaré de la frialdad con que el doctor considera que el paciente no está lo suficientemente mal porque no hace escándalo o no llora, o, como en el caso de mi funcionaria, tiene un altísimo umbral de dolor. Hablaré del internista particular a donde la lleve y que me mando examenes de imágenes diagnosticas seguida con la frase de "esta niña debería estar en observación". Hablaré de quienes solo lograron decirme, "si quieres publicalo en twitter, pero yo no puedo hacer nada diferente a decirte que la envíes nuevamente a la Emergencia de Sura y esperes".
Escribo por Sura, pero el nombre podría ser otro de la lista de prestadoras de salud. Es el sistema señores, es tan fragmentado y tan despersonalizado el servicio, que cuando un médico está tomando el control, le toca entregarlo al siguiente, y con él se va la confianza adquirida de un paciente angustiado. A esta hora le descartan a mi funcionaria bronquitis o colitis, no lo sé. Solo se que un país que no atiende a tiempo a sus habitantes, no saldrá del tercer mundismo al que los dioses del Olimpo lo tienen sometido. Quienes? Quien controla la calidad del tiempo, del paciente y del servicio. Quien controla las finanzas de las EPS. Quienes dan por orden generar la menor cantidad de exámenes diagnosticos. Bueno, ellos, los dioses del olimpo, los que desde un escritorio dictan como atender un paciente. A esos se enfrentó mi hermana en los 90's, y salió derrotada.
Soy Pamela Cruz escribiendo hoy 1 de septiembre a las 11:44 p.m. desde la miserable posicion de mendigar el favor de pedirle a alguien que atienda por 5 vez a quien bien merecido tiene el derecho y acceso a una atencion oportuna, diligente, decente y mientras recibo un parte médico de mi funcionaria medio trabada por la medicación que le dan, ahora que finalmente, su dolencia si la hace torcerse del dolor. Es que antes, bueno, antes no le dolía tanto para que le prestaran mas atención.
