Esta soy yo.


"Un montón de letras que formaron un diario cuando aquellos libritos alguna vez se usaron. Una carpeta repleta archivos guardados en un rincón de computador esperando un lugar expuesto al mundo. Un espacio donde dejar al aire las palabras atrapadas en una mente en constante ebullición. Muchos temas un solo espiritu, el mio."

domingo, 22 de octubre de 2017

Lo que de verdad importa - In Memorian

60 días sin escribir una palabra. Esta musa caprichosa escapa por la ventana cuando le da la gana. A veces lo hace pero nunca, desde que comencé a escribir cada 8 días, había demorado tanto. Creí que nunca volvería, que atrás habían quedado las palabras, las frases con sentido. El tiempo pasa raudo y veloz. Hacer, hacer y hacer sin detenerme, y así pasan los días uno tras otro. A veces sin sentido. Levantarse, ducharse, desayunar ir a trabajar, almorzar, seguir trabajando, volver, revisar tareas, estar en familia y luego dormir, cuando se puede. En  noches oscuras, de tormenta o de calor, el zapping acusa mis dedos furiosos frente a la TV. No es fácil, ni divertido. Ver pasar cada día, en una abrir y cerrar de ojos, como si el tiempo fuera eterno, como si mañana hubiera una segunda oportunidad. Y de nuevo la alarma, resuena y se reinicia nuevamente el día.

Hace unos días vi una película que tenia un poema. "Solo respira!!" Me quedé pensando. Respirar es un must. Lo damos por sentado. No tenemos que ordenar ni pensar en hacerlo. Respiramos sin entender la maravillosa máquina que lo hace posible sin tener la menor consciencia de ello. De que pueda ser nuestro ultimo respiro en cualquier momento. Respiramos sin agradecer siquiera por cada sorbo de aire que nos invade cada segundo del día. 

Recordé de esa hermosa película ese poema, hoy cuando se cumplen los ocho días de haber despedido a una amiga y ex-compañera de trabajo. Se fue antes de nuestro tiempo. Pero se fue a Su Tiempo. Cuando me enteré de su muerte, recordé nuestra última conversación a comienzos de marzo, creo. Era un deber subir a su oficina y siempre me recibía con emoción. Me encantaban esos 5 minutos de charla. Hablamos de nuestros hijos: ella de los suyos y yo del mio. Siempre intercambiábamos impresiones y nuestra mutuas preocupaciones por su futuro. Hablamos de la bisutería que habilidosamente hacían sus manos, de una delicadeza y gusto exquisito. Como ella. Alta, espigada, con unos ojos enormes que heredaron sus hijos. Y con la mejor prenda que tenia y que se llevó con ella: Su Sonrisa. Su sonrisa decoraba su cara. Literal, como dice mi hijo. Era el complemento perfecto para ese par de ojos que miraban como si quisieran comerse el mundo. Su alegría era contagiosa, y elegante con cabello largo, corto o sin el. 

Hace ocho días despedimos a una guerrera. Una mujer que fue hija, hermana, esposa y madre. Fue una amiga excepcional. Fue una trabajadora incansable pero sobre todo fue una guerrera hasta el final. Luchó y dejó todo en el campo de batalla. Dejó su cuerpo cansado, pero nunca se rindió. Nunca se derrotó, ni siquiera cuando la muerte la llamó finalmente. Ni siquiera allí perdió. Ganó porque nos demostró que la vida se trata del día a día, de sentir y respirar con calma, viendo como poco a poco se llena tu cuerpo de aire, el segundo, el minuto, aún cuando a veces nos cueste. Aspirar cada aliento profundamente, como si no hubiera un mañana.

Extrañaremos tus enormes y expresivos ojos que nunca perdieron su brillo. Extrañaremos sobre todo ese optimismo que irradiabas con tu sonrisa, que nunca sentí quebrada. Gracias por haber estado en mi vida. Gracias por recibirme desde el primer día con alegría.

Soy Pamela Cruz escribiendo hoy 22 de octubre de 2017, escribiendo sobre lo que "De Verdad Importa", como el honor de haber conocido y compartido con una amiga y compañera: Iveth Pimienta, que vivió cada día y exprimió cada gota de la vida que le fue otorgada. Personas como ella le dan sentido y forma a nuestra existencia, #GraciasIveth