Esta soy yo.


"Un montón de letras que formaron un diario cuando aquellos libritos alguna vez se usaron. Una carpeta repleta archivos guardados en un rincón de computador esperando un lugar expuesto al mundo. Un espacio donde dejar al aire las palabras atrapadas en una mente en constante ebullición. Muchos temas un solo espiritu, el mio."

martes, 26 de mayo de 2020

Cumpliendo años en el COVID age

Los festejos patronales terminaron finalmente a las 10:30 pm. Después de tres días de un preámbulo lleno de expectativas, de solidaridad y de desazón, finalmente hoy se cumplió una nueva vuelva de mi sol. Con una tierra ligeramente torcida, con un campo magnético algo desestabilizado, una cifra de muertos creciente de la única enfermedad de la cual se está muriendo la gente en este 2020, con un pico y cédula que me obliga a calcular cuantas veces a la semana salgo a la calle y me hace anotar en una hoja cualquier miserable encargo que me hace la familia. Con todos esos antecedentes, este cuerpecito alimentado de más en los últimos 70 días, ha cumplido 47,6141516 años. Le he restado unos días. Me había negado, hasta esta mañana, a cumplir con los 2 meses que le faltaban a mi año y que nos lo ha robado ese COVID, hijo de puta. Pero finalmente he conciliado con mis amigas la diferencia. No pasa nada. Ya varias pisaron los 48 y esos dos meses de menos, podrían ser motivo de discordia entre una juventud que roza los 50, y que está especialmente susceptible en estos días de encierro.

Mi día en todo caso ha sido una mezcla feroz de alegría y regocijo. No hubo espacio para el más mínimo sentimiento sombrío de tristeza, desesperanza, angustia o desasosiego. Del mundo exterior, ese que traspasa las barreras de mi casa, recibí una avalancha salvaje de mensajes amorosos, de bendiciones, de regalos físicos, simbólicos y virtuales. Fue un día en que las horas no me han alcanzado a contestar uno a uno los mensajes y llamadas perdidas que no pude atender por falta física de orejas de más. De dedos de más, o de boca de más. De puertas para adentro, recibí rayos de energía luminosa. Esa que destellaron mis seres queridos en casa. Ellos, hicieron lo posible y lo imposible para comprar detalles sin que me sospechara siquiera de las intensiones. Ellos, que me llenaron de alegría el corazón con su risa y su desparpajo. Los que me sonrieron todo el día, me abrazaron, me dijeron mil veces que me amaban, que este era mi día. Y me lo creí. 

Mi cumpleaños siempre tiene una mezcla extraña de melancolía y un no se qué. Creo que siempre me preparé para hoy; en el pasado, cada uno de mis cumpleaños remataba o comenzaba con lluvia y calor, y por ende, muchas veces las fiestas se quedaron sin comensales. Así que esta celebración, sabía en el fondo que iba a ser como las muchas que tuve de niñez, y que me llenaban de una tristeza anticipada. La que me hacía rogar, en vano que no lloviera. Que no me dejara sin niños la fiesta y que me cantaran el cumpleaños para que fuera feliz. De algún modo, la vida me preparó para esta "COVID Age Celebration". Y por muy anormal que parezca, fui muy, muy, feliz.

Descubrí que nuestros cuerpos podrán estar en confinamiento pero nuestro espíritu seguirá libre. Y cuando eres libre, eres capaz de celebrar con tu familia brindando y comiendo pastel al mismo tiempo en ciudades distintas. Puedes hacer que tus amigos se disfracen en sus casas y te acompañen a cenar mientras agradeces con los tuyos las exquisiteces preparadas con amor. Puedes reír y puedes sentirte seguro. Porque la felicidad no depende de ver o no ver. De compartir físicamente o no. Depende de que puedas entender que las almas tienen un glorioso momento de sincronía que las hace vibrar y regocijarse por la felicidad del otro. Y eso precisamente sentí hoy con total plenitud. 

Soy Pamela Cruz, terminando un 26 de mayo bien especial. Hermoso de una forma que no había conocido antes. Lleno de luz, de amor, lleno de buenas energías. Lleno y repleto de la bondad de Dios. 

PD 1: Cada día mis amigos se superan más. Las conexiones neuronales de ese grupo loco del CA es una cosa de estudio asombroso. Cuando uno es capaz de no solo superar el ridículo sino ademas hacerse amigo de el, abrazarlo y llevarlo al siguiente nivel, estamos hablando de seres superiores.

PD 2: Tenía una fantasía, disfrazarme de la Princesa Leia. Si, la de Star War!! Me disfracé! Y descubrí que me parezco más a Puka, pero no importa. Porque muy adentro, mi espíritu es como el de ella. Así por fuera me parezca a ella, 40 años después. 
Lo que salió!!


Lo que queria !!!