Esta soy yo.


"Un montón de letras que formaron un diario cuando aquellos libritos alguna vez se usaron. Una carpeta repleta archivos guardados en un rincón de computador esperando un lugar expuesto al mundo. Un espacio donde dejar al aire las palabras atrapadas en una mente en constante ebullición. Muchos temas un solo espiritu, el mio."

sábado, 30 de abril de 2016

Como visitar a los abuelos

Cuando estaba en la universidad, durante un semestre compartí con una compañera de familia árabe. Me encantaba ir a su casa porque lo que para mí eran banquetes para ella un almuerzo normal. Un sábado cualquiera estábamos reunidas desde temprano y me dijo que almorzaríamos en casa de sus abuelos. Llegamos a la casa, cerca al Barranquilla Plaza, que ahora ocupa ProBarranquilla. Entramos y mi asombro perduró hasta la hora del postre. Me sentí arrastrada en el túnel del tiempo, aterrizando a los años 60 y 70's. Un caserón cuyo patio llegaba a la carrera siguiente. Espacios bien pensados, techos altísimos, una piscina mantenida pero no usada y un montón de salas, un bar con butacas abullonadas, que recuerdo haber visto en las películas de la época. Todo el mobiliario se encuentra nuevamente de moda en esta década. Sencillamente la casa y sus habitantes quedaron congelados en el tiempo, y fue una sensación exquisita. Se sentía el amor por cada espacio y las atenciones de la abuela y del personal de servicio, fueron inmejorables. Siempre quise volver pero nunca pude. Mi compañera y yo tomamos rumbos distintos y ahora, bueno, ahora imagino que el nuevo propietario, ya lo tiene convertido en oficinas. 

Hace una semana me entró en el cuerpo esa ansiedad por ir a la piscina de El Prado. Desde pequeña iba con mis hermanas en un plan que ellos tenían y que consistía en pagar por nadar. Fue muy práctica mi madre en mantenernos ocupadas con planes raros. Pues bien. No se si a una con 43 años a punto de cumplir 44 le da por recordar cosas viejas, pero se me metió en la cabeza volver, y mi esposo, como siempre, me siguió la corriente. Lo había visitado hace un año averiguando sobre un salón para un evento, pero no pasé del salón. Y podría tener unos 30 que no me metía en la piscina, ni recorría los patios, esos que me hacían sentir segura cuando entraba con mis hermanas.  Volver fue entrar al túnel del tiempo, con los empleados incluidos. Entrar a ese jardín lleno de las palmeras que detesto, bien mantenidas, rodeadas de jardines absolutamente verdes, decorado con la mejor piscina que tiene la ciudad, en palabras de un amigo que cuando viene a Barranquilla, se aloja en El Prado por su piscina, fue sencillamente maravilloso. Fue como entrar a un jardín secreto, oculto entre la maleza urbana. El manejo del hotel ha sido adjudicado a la cadena Marriot. Por descontado se da que la inversión será enorme. Cuando se detallan los pasillos, la piscina, el mobiliario, un nudo de tristeza se alborota en la garganta. Es que todo se ve tan viejo. Pero lo que mas conmueve, es ver la vejez, los embates del tiempo y ese maltrato que no merecían ni la vieja mole ni el personal fiel que se niega a dejarse derrotar por la incertidumbre, llevados con una dignidad impresionante. 

Cualquier grieta o humedad que se asoma indiscreta en las paredes, o ese viejo esplendor de las cosas que no han sido renovadas a tiempo, y que puede hacerte sentir incómodo, es perdonado inmediatamente te recibe uno de los meseros, botones o el señor de las toallas. Te atienden con la alegría de recibir nuevamente aquellos huéspedes que no volvieron. Perdoné los detalles que le pueden quitar puntas a las estrellas tan arduamente luchadas, porque los reemplaza una atención inmejorable. El que menos tiempo lleva de los que pude conocer, tiene 2 años. Es un reincidente que se marchó, pero como hijo pródigo volvió a casa. Les pregunté como se sentían con el nuevo operador; la incertidumbre los acecha pero la disimulan con esperanza. "No nos han dicho nada, señora. La nueva administración está evaluando todas las obras que le tienen por delante." Nuestro día nos daba derecho al turco y al sauna. Jamás los visite antes, porque tenía menos de 18 y no dejaban pasar niños a esa área así que aproveche y me adentré al pasado de un esplendor perdido. Espero que vuelvan a abrir el Spa, por las instalaciones de lo que queda del viejo, era un tremendo lugar. Me pidieron perdón por las incomodidades que podría encontrar, y me alimentan la esperanza, o quizá a ellos mismos, que pronto podremos disfrutar de un servicio completo. 

Recorrer sus jardines, recordar aquellas sillas de merecedora donde nos mecíamos mis hermanas y yo en la niñez, nadar la piscina siempre pegada al borde porque los 2 metros y luego los 3 de profundidad siempre me aterraron, fue sencillamente, como volver a casa de los abuelos de mi amiga. A esa casa que conocí, donde se perdonaba cualquier objeto a punto de romperse porque la belleza del mismo y el amor con que era cuidado, superaban el paso del tiempo.

Soy Pamela Cruz escribiendo hoy 30 de abril, sobre un recuerdo de niñez, hoy día del niño. Escribo hoy invitando a quien alguna vez en su vida tuvo la fortuna de pasar una tarde, un día o un domingo en esa casa que guarda la memoria de la pujanza y visión barranquillera, a visitarla con la delicadeza, con la sencillez y con la indulgencia con la se perdona lo malo y se ama lo bueno. Deseo que abra la pizzeria, que abra la peluquería, que haya helados los domingos en las tardes, que los viejos tomen en la terraza una cerveza y que cualquiera se pueda sentar en las bancas mientras se mira allá, al cielo. Un jardín secreto... envuelto en la maleza urbana... eso es El Hotel El Prado.

Los domingos, cuando la pizzería abría o antes de abrir la gente llegaba y se comía un helado. Y luego pasaba a comerse la mejor pizza de la ciudad


Para mí el paisajismo de palmeras en este hotel has sido el mejor logrado en toda la ciudad. 

El restaurante de la piscina. Una vista privilegiada. 


Cuando se camina rapido no se ven los detalles de las paredes

Quizá la piscina mas bella de la ciudad. 

Piso Pompeya en todos sus pasillo. Viejitos pero muy cuidados



miércoles, 27 de abril de 2016

A proposito de Uber!!!

La forma en que los barranquilleros nos relacionábamos con los taxistas, era patrimonio inmaterial de esta ciudad. Por allá, en los 70's, los carros, no sólo no estaban pintados de amarillo, sino que tenían la capacidad de carga de la maleta de El Hechicero, una serie de los 80's en la que un moderno hechicero sacaba de su maletín una infinidad de cosas que lo ayudaban a salir de sus problemas. Los taxis de mi niñez eran como ese maletín, les cabía hasta la mudanza. Un taxista era respetado porque conocía la ciudad, sabía de fútbol, de carnaval y era un conversador nato. Hasta negociar la carrera ha formado parte de la idiosincrasia barranquillera. La negociación transcurre más o menos así:
 - "En cuanto me llevas?- 5000 señora.-- Hombe eso esta caro, te doy 4500. - Móntese." 
Así ha trabajado el taxímetro en Barranquilla. Cualquier intento de mecanizar y estandarizar la tarifa, simplemente nunca ha funcionado.

Hace poco más de un mes, estrellaron mi carro y tocó volver a llamar a los taxis de estación. De mi casa al trabajo y viceversa y descubrí la nueva realidad de ese medio de transporte. Me trataron de ladrona y de aprovechada. Incluso uno, que escuchó la conservación con la aseguradora, me gritó mientras arrancaba el motor: "Termine de arreglar su carro, vieja HP". Mi experiencia en ese trayecto durante esos 10 días fue sencillamente, caótica. En una de las carreras me enteré que tienen tarifa y también que la carrera mínima vale $4.300 de mi casa a la oficina. También me enteré que hay algunos recargos que pueden hacer que mi carrera llegue a costar $6.000. Se lo comenté al chofer de turno. Me miró por el retrovisor con cara "esta señora es como imbécil" y se sonrió. Cuando le conté las discusiones con sus colegas, el hombre pidió disculpas colectivas y me dijo que él jamás trataba mal a sus clientes. Llegué al destino y le pasé $4.300 pesos, el tipo con la sonrisa en la cara me dijo: "Doña, ese cartelito, no sirve. La carrera vale 7.000 barritas." Ese día Uber llegó a mi vida.

Desde entonces y hasta que me entregaron el carro, me llevaron y trajeron personajes bastante interesantes: Un ingeniero de minas que quedó sin trabajo por la crisis. Un estudiante universitario. Un incógnito de camisa manga larga lentes finos. Un papá primerizo. Un viudo pensionado que se inscribió para ocupar su mente en direcciones y no en su esposa muerta. He asesorado a estudiantes universitarios que quieren aprender inglés en el exterior. En todos los casos, la carrera osciló entre los 6.100 y 6.800 en la noche.Todos tenían en común, un auto cómodo, buenos modales, buen manejo dentro del caos urbano y al final un "Adiós, que le vaya bien". Ni una discusión sobre el precio. Los días no comenzaron sintiéndome robada y las noches terminaron sin una discusión absurda.

En estos días los leí que nuestro flamante, inexperto y siempre sonriente Secretario de In-Movilidad decretó que habría multa para los usuarios sorprendidos usando la aplicación. Desde entonces, varias preguntan me asaltan:

1. Es delito que un conductor me ataque insultándome, robándome o quedándose con mis vueltos porque le parece que la carrera tiene el valor que él le da y no el que pregona el inútil cartel que su Secretaria emite?

2. Es delito que quiera tener seguimiento de la ruta del viaje y del nombre del conductor que me transporta a mi o a mi familia?

3. Es delito ejercer mi libertad de escoger quien me transporta? Entonces seria delito que me hiciera la carrera mi padre, mi hermana o la aplicación UnChance, mediante la cual se busca ser eficiente en el uso de los carros de los estudiantes de Uninorte?

4. Que interés tiene la secretaria de In-movilidad en atacar un servicio eficiente mientras en la calle, frente a las narices de los facilitadores de tránsito, los taxistas fungen de colectivos en vías de alto tráfico como la 72, usando los autos para un fin distinto, sin que la autoridad no haga prácticamente nada?

5. Por qué, en lugar de atacar un servicio bien prestado no se analizan las causas de la fuga de clientes cansados del mal trato y de los abusos de un gremio que se niega a atender decentemente a sus clientes, los agrede e insulta diariamente, cobrando "según marrano"?

Considero necesaria una seria reflexión sobre las resoluciones que se ensañan con los servicios que compiten de lejos en precio calidad y sobre todo justicia.

Soy Pamela Cruz Escribiendo hoy 28 de junio sobre un servicio global torpedeado por la ineficiencia local.

PD: Acabo de leer el análisis económico de El Heraldo sobre lo que cuesta invertir  Uber y en taxis. Faltó informar a donde se van los dineros de los cupos de un taxi que oscilan entre 30 y 45 millones y aclarar cómo se definió que a Barranquilla le cabían 8.000 taxis cuando esta ciudad vive vestida de amarillo en cada una de sus calles.Asi-funciona-el-negocio-de-taxis-y-uber-en-barranquilla

sábado, 23 de abril de 2016

Intenciones

Forma parte de mi trabajo ayudar a los estudiantes que asesoramos a hacer el trámite de sus visas. Algunos países piden como requisito diligenciar algo que se llama, "Intention Letter" o carta de intención. Este documento expone cuales son los motivos reales para pedir una visa de estudiante. Aparentemente sencillo, el dichoso documento puede ser la diferencia entre una visa negada y una aprobada. Si el objetivo es estudiar inglés pero al final lo que se persigue es optar por un título de P.h.D, la carta debe decirlo. Los  gobiernos consideran la intención como lo mas sagrado que existe sobre la tierra. No es la acción inmediata, es el objetivo final.

La semana pasada tuve la oportunidad de conversar con un lector sobre mi último post. Esto de escribir obliga a escuchar a quien tenga una posición distinta sobre el tema y a ser tolerante con la diferencia. Pues bien, él me decía palabras más, palabras menos, con un tono tranquilo, suave y cuidadoso, después de comenzar aceptando que le gusta mi Blog, que no entendía por qué, si él veía que esta ciudad crece, tiene mucha más inversión que todos los años anteriores desde la década del 70 y hasta mediados del 2000, yo insistía en seguir criticándola despiadadamente. "Cualquiera podría pensar que tienes problemas con la ciudad, o eres una resentida social, o detestas a los alcaldes porque no te han dado un puesto dentro de la misma", me decía. También aclaraba "Ajá, los políticos son corruptos pero por lo menos ahora están haciendo". Lo escuché atentamente, le agradecí por darme tema para la semana siguiente y me quedé pensando cómo responder. Durante la presentación de ExpoProBarranquilla, una jornada de información, capacitación y conocimiento de ciudad y región a la que debería ir todo el mundo, y realizada el pasado 14 y 15 de abril, encontré esa respuesta que daba vueltas en mi cabeza. 

Todos vemos que en Barranquilla están sucediendo cosas, inversiones astronómicas cuyo objetivo es devolver un esplendor que los abuelos o padres de los que nos dirigen hoy día se empeñaron en sepultar, tras años de desfalcos y malos manejos. Sin embargo, cuando se analiza el panorama completo, las intenciones que subyacen tras ese noble objetivo, me llenan de espanto.

Con respecto a mis escritos: 

- No cuestionan la reglamentación de tránsito, cuestionan esas cámaras distribuidas dudosamente por toda la ciudad, sin una asignación objetiva y confiable. Cuestionan una detección electrónica y señalización esparcida sin son ni ton, que nos obliga a mantener velocidades absurdas de 40 KPH, sacrificando una movilidad evidente, mientras en zonas de parques (como el de Buenavista) no hay ni reductores de velocidad.

- Cuestionan que un tercero este a cargo de unas foto-multas dudosas y que se haga rico mientras nosotros los conductores nos vemos obligados a las malas a pagar sin derecho a réplica. La orden en esa secretaría es llenar las arcas y que todos paguen.

- No cuestionan la falta de policías, cuestionan la aglomeración de los mismos en las zonas de pico y placa atentos, no a cuidar a los ciudadanos de los malandros que nos acechan, sino a detectar un infractor del dígito de turno entre las 6:30 am y 9 am y las 6:30 pm y 8 pm. Todo apuntando al mismo objetivo financiero del punto anterior.

- No cuestionan el desarrollo urbano de la ciudad, cuestiona la forma cómo este se lleva cabo. Un desarrollo socializado cuando todo está consumado, sin control urbano alguno, sin estudios juiciosos, sin escuchar a los que saben sobre planeación de ciudades y, sobre todo, acomodando el interés de pocos bajo la reglamentación del P.OT., cuyas objeciones fueron desoídas por el distrito. Cuestionan sobretodo esa falta de visión para construir de acuerdo al sentido común, a la orientación del Sol, a la brisa, con estética. Cuanta falta hacen los genes de un Parrish, un Carrerá o un Rosado, visionando una ciudad con espacios como los construidos en la década del 40  o 50.

- Mis escritos no cuestionan las obras que se gestionan en la ciudad, cuestionan la extraña forma de ser adjudicadas, con pliegos de peticiones adaptados según intereses ocultos y con la alta coincidencia de ser siempre los mismos que las ganan, como si en la ciudad, en el país o mejor, en el mundo globalizado en el que estamos, no existieran contratistas que pudieran suplirlas a menores costos que los que tenemos hoy día.

- Mis escritos no cuestionan que se repotencialicen los escenarios deportivos, cuestionan que hayan sido sometidos al abandono premeditado para luego justificar su destrucción y volver a construirlos de la mano de no se sabe quien. Pero si a costa de nuestro maltratado bolsillo.

- Mis escritos no cuestionan que queramos ser #CapitaldeVida, cuestionan que mientras el hasgtag inunda vallas y  medios publicitarios, el 70% de los árboles, responsables de mantener un ambiente medianamente puro en una ciudad sometida a todo tipo de contaminación, esperen miserablemente por una muerte segura, porque los paquidérmicos del DAMAB no detienen el avance de la plaga que los acecha.

- Mis escritos no cuestionan las inversiones, cuestionan la falta de planificación y la falta de transparencia en la ejecución de las mismas. Desde el 2012, en una carta abierta a la alcaldesa de esta ciudad solicité conocer el estado de las inversiones realizadas con los dineros de las valorizaciones I y II. Por qué hoy 4 años después, autorizaron adelantos de recursos hasta el 2035, cosa que aprobaron mientras todos nos quejábamos del mal servicio Electricaribe? Lo que sucedió, para que lo entiendan todos es como si me dieran 20 años antes los sueldos que aún no me he ganado. Con que intención?

- Mis escritos no cuestionan que la ciudad vuelva su mirada al río, abandonado por décadas; cuestionan la tremenda inversión en un área reducida y focalizada para valorizarla a niveles astronómicos y beneficiando a quien sabe quienes, mientras en las zonas populares de la ciudad, se carece de pavimentación de calles, de servicios públicos decentes, entre otras cosas. La inversión al sur no puede ser solo parques y servicio de salud, como lo dijo el alcalde Char a Juan Gossain en el mismo evento. Eso esta por descontado en cualquier ciudad. La inversión en el Sur debe ser en obras que perduren y que mejoren las condiciones de por si difíciles de este amplio sector de la ciudad. Cómo hacer para llevar esa valorización a las zonas populares? Como hacer que la brecha social y de estreno sea menos evidente?

- Mis escritos no cuestionan la canalización de arroyos, cuestionan la forma descarada como se justifica la inmovilidad de la ciudad amparándose en obras que no existen sobre vías que se han vuelto una tortura para el ciudadano normal. Eso que le dijo a Gossain el alcalde de la ciudad en el conversatorio, raya en el cinismo. Alguien sabe cuales son las obras que impiden que se transite decentemente a cualquier hora en la 72 con 58, o en la 43 con 76 o tenga movilidad a cualquier hora del día.? O alguien puede decirme cómo 3 años después de iniciadas las obras de la 84, aún no sea factible andar decentemente por ellas?

En estos días en que la forma es todo y  no cuestionamos el fondo, en estos dias en que nos dejamos deslumbrar por palabras bonitas, por caras alegres, por futuros prometedores, es importante cuestionar las intenciones de los funcionarios, de los que manejan nuestro dinero. Porque como decía mi abuela, "de buenas intenciones está plagado el camino al infierno".

Soy Pamela Cruz escribiendo el 24 de abril, respondiendo agradecida a mi lector con quien pude tener un dialogo civilizado, de esos que tanta falta nos hace en estos días, negándome a aceptar que nos sigan dirigiendo bajo la premisa resignada de "... por o menos hacen mas que los otros". Sin embargo, intentaré seguir el consejo que nos regaló Antonio Celia en el evento al que me referí al inicio, una frase célebre de Winston Churchill "Soy optimista. No parece muy útil ser otra cosa".


PD: Tomado del informe de consideraciones al plan de desarrollo de Barranquilla Como Vamos. "En resumen, la información que proporciona el documento es escasa por lo que no se pueden establecer las metas e indicadores que evidencien los compromisos del gobierno a 2019"

Consideraciones al anteproyecto del plan de desarrollo de Barranquilla Capital de Vida 2016 2019
Posible intervención de electricaribe apunta a piñata de políticos

Un minuto de Silencio

Yo le doy un minuto de silencio a todos los libros no vendidos y  son picados por las editoriales.

Un minuto de silencio por los libros desaparecidos en combate, los quemados por los fanáticos, por los recalcitrantes de pensamiento, por los egoístas, por los que no querían compartir su conocimiento.

Un minuto de silencio por esos libros que nunca nacieron de las mentes de los escritores en potencia acorbardados por el miedo.

Un minuto de silencio por quienes dieron su vida para preservarlos. porque demostraron que al hacerlo daban la vida por la inmortalidad de la obra y al asegurarla, los hizo mas sublimes que la existencia.

Darlo todo

Había una vez una niña a la que le gustaban los números. Tanto, que desde los 5 años le ayudaba a su padre, en la venta de fritos, a cobrar, y pese a que la gente trataba de engañarla, ella sumaba y restaba con una precisión tal que le permitió salvaguardar los ingresos familiares, fruto de esas ventas. La niña creció y quiso estudiar Física pura, pero no pasó en la universidad pública a la que podía aspirar. Así que,  usando el refrán de los limones y hacer limonada, ella se matriculó y estudió para ser Auxiliar Contable en el Sena.  Madrugaba caminando porque a veces no había para el bus, hizo sus semestres uno a uno con mucha dedicación. Allí le enseñaron a mantener impecable su uniforme y a maquillarse como profesional. Un día, llegó a mi oficina para ayudarme con la cantidad de documentos que manejábamos en una época en que el sistema era casi inoperante y con sus ideas y resultados se convirtió en mi mano derecha. Cualquier día me pidió permiso para matricularse en la universidad  con horarios de estudio a primera hora  y nocturnos. Muchas veces la regañé por no dormir o por dormirse. Sus trasnochos nunca bajaron su desempeño. A veces me tocaba darle uno o dos días libres que negociábamos para recuperar ese tiempo de sueño que jamás se recuperaba, pero ella nunca bajó su rendimiento. En nuestras muchas noches de insomnio, tratando de desenredar un sistema que odiábamos con la misma pasión, me contaba su historia.

Lo suyo, suyo, siempre han sido los números. Rigurosa con la veracidad de la información, no admitía un número menos o uno de más. No admitía un error y los proveedores sabían que no había medias tintas con ella. O eran precisos o se les devolvía la factura. Por eso se ganó el derecho a trabajar como Auxiliar de Bodega; y la bodega, el corazón del negocio, fue un punto controlado al 100%. Luego de entrenar a quien sería su reemplazo, me ayudó a montar un sistema decente hecho a la medida de nuestros sueños. Todo, mientras continuaba sin descanso sus estudios. Solo suspendió cuando tocó dar una pausa. "Si no lo haces te fundirás", dije. Me hizo caso. Luego reanudó y nuestro sistema nos hizo la vida más amable.  Con los cambios internos y el tiempo, ella siguió su camino y yo el mío, fuera de la U.  Ayer, después de muchos años de esfuerzo, llanto, trasnochadas, fines de semana sin descanso y mucha dedicación, obtuvo su grado de Contadora Pública. Ya lo esperaba. Desde hace un año le hacía seguimiento a ese titulo que estaba más cerca y no llegaba. Pero lo que me sorprendió hasta las lágrimas fue ver aquel papel adicional que le entregaron ayer y que me llenó de un absoluto orgullo: "EXALTACIÓN HONORIFICA"  por su desempeño en toda la carrera. Por sus notas altas.

En mi trabajo, veo tantas oportunidades académicas desperdiciadas  porque a los aspirantes nunca les importó ser excelentes y pasan la vida esperando una beca que no merecen, que encontrarme con esta maestra de la persistencia me llena de una enorme esperanza.

Soy Pamela Cruz, escribiendo hoy 23 de abril 2016 para esas personas que lo dan todo, y van mirando hacia adelante sin importar las circunstancias que encuentran en el camino. En honor a una guerrera de la vida, un ejemplo de decisión, persistencia, insistencia y mucha resistencia. Una estudiante notable, una profesional honorable. Les presento a Julieth Paola Gonzalez Consuegra, Contadora Pública, exaltada académicamente por su desempeño superior.

domingo, 10 de abril de 2016

El mejor vividero del Mundo

Es inevitable cuando se acerca el 7 de abril, el renovar los afectos por mi ciudad adoptiva. Siendo cachaca de nacimiento, la sangre tolimense corre por mis venas. Pero mi corazón, desde los 2 años, es y será Barranquillero. Los recuerdos de Elias Chewing, aquel viejo flacucho y desgarbado que se metía cada 7 de abril a nuestro colegio y nos hacía entonar el himno de Barranquilla mientras se paseaba ondeando enérgicamente la bandera entre sus brazos, como si con ello nos diera más fuerza en la voz, fue quien dejó la impronta del himno en mi ser. Me sentía culpable si no lo cantaba con la misma pasión del otrora gloria del baloncesto nacional, primer colombiano en jugar en USA y cuyo vestigio honrando su memoria se deteriora cada día, mas- el Estadio de Basquetball Elias Chewing, usado para todo menos para recordar a quien se le regaló su nombre. 

Ayer sábado, 2 días después del cumpleaños de Barranquilla y después de recibir cientos de Memes que declaraban fidelidad absoluta, amor encendido y total desprecio por todo lo terreno a esta Barranquilla amada por todos pero abandonada por muchos, yo seguía tatareando la canción lentamente, como quien digiere un manjar, recordando cada estrofa. Recogí a mi hijo y cuando se montó en el carro, me interrumpió. "Ajá mamá por qué cantas el himno si el día ya pasó?". Yo traté de explicarle el significado de esa Barranquilla pujante, retratada en cada estrofa. La adolescencia es especialmente cruel: "no sé para que lo cantas. Barranquilla no está retratada allí. Ese himno no se parece a esta ciudad". Demoledor. Implacable. Contundente. Continué el trayecto en silencio para afuera, cantando por dentro y analizando cada estrofa para encontrarle sentido a sus palabras.
  • Mientras  recorría el camino a casa, y cantaba para adentro "Savia Joven del Árbol Nacional", contemplaba con tristeza los cadáveres de los que en el cercano pasado fueron árboles, destruidos por la pajarita sin que nadie hubiera hecho el menor esfuerzo para salvarlos. Tanto sacrificio que hicieron en los años 40 para sembrar lo que disfrutabamos hoy, destruidos para el beneficio de no se sabe quien. Leí hace poco que el DAMAB comenzará a cambiar las palmeras muertas por nuevas de la misma especie. Las viejas solo tenían 8 años. Jamás estuve de acuerdo con ellas. Negocio redondo para el contratista. Y para todos los interesados en el ciclo corto de los árboles que menos duran en el mundo.
  • "Da su voz y su músculo al progreso", da cuenta de cuanto nos matamos los Barranquilleros por aportar al progreso de la ciudad, nadando contra la corriente en un mar de impuestos locales y absurdos que hacen cada día más difícil seguir poniéndole el músculo al progreso. Pensaba en el caos vehícular que hace mas titánico ser productivo. Se transita por las vías con el sincero temor de ser víctima del fleteo estatal. Alertas a no subir la velocidad en vías que deberían ser rápidas para no tener foto multas que engordan los bolsillos particulares a nombre del distrito, que nos debería cuidar. Pagamos a cuenta-gotas sendos impuestos ilegales, como el de la telefonía móvil. Resignados juntamos para los aumentos macondianos al predial, mientras los vivos que usan nuestro músculo para su progreso, pagan por valiosos predios, sumas irrisorias, si es que las pagan. Sufrimos apagones que jamás pensé volver a repetir por cuenta de una empresa de energía inoperante, que no hace la tarea, con la vista gorda de quien en su campaña electoral prometió sacarlos si no marchaban derecho, como deberían.
  • De "las sirenas de fabrica y taller", solo quedan bodegas vacías y fantasmales, que poco a poco le dan paso a construcciones y construcciones de cara al río. Dejamos hace mucho de ser una ciudad de fábricas y talleres. Ahora somos comercio y servicios mientras algunos tercos luchan por mantenerse a flote, en honor a sus ancestros fundadores. 
  • Llegué a casa y leí el himno completo, con la historia de su creación, tarea encomendada a la Sociedad de Mejoras Públicas para reconstruir la confianza de una población que se sentía derrotada. 70 años del Himno de Barranquilla La descripción de los patios de antaño me dejó mas triste aún
"En el ímpetu verde y tropical
de tus patios de mango y de jazmín
es pasión el susurro nocturnal
del follaje, del tiple y del flautín"
Poco a poco se van acabando las cuadras. Aquellas llenas de mango y de jazmín, de ciruelos, de pajaritos y de reuniones entre amigos. Se han reemplazado por desordenados edificios dispuestos al azar, que ocultan el sol, que crean cámaras de aire irregulares y cuyos frentes egoístas no dejaron espacio para un poco de sombra, de esa que produce oxigeno y no monóxido. Adiós balcones, adiós jardines, adiós mangos y jazmines. Aqui no hay control urbano, al menos no uno que piense en la Bella Barranquilla.
Mientras la ciudad cambia su esencia para beneficio de algunos que se lucran de ella, los Quilleros que la aman con amor incondicional, con ese amor frenético casi enfermizo, poco o nada hacen para detener las arbitrariedades que se cometen en el nombre del desarrollo, en el nombre del mejor vividero del mundo. Es mas fácil glorificar lo poco que hacen para ocultar lo mucho que nos quitan.

Hace unos días me llegó un chiste de un hombre que va al médico porque tiene varios días con diarrea. El medico el envía una medicina y luego se da cuenta que le recetó calmantes y no el tratamiento adecuado. Llama al señor y le pregunta como se siente: El hombre contesta con voz alegre y tranquila: "Bueno doctor, cagado pero Feliz."

Soy Pamela Cruz, escribiendo el 10 de abril sobre nuestra curiosa forma de vivir en este "El mejor Vividero del Mundo". Cagados pero felices.

PD: Un amigo que amo como mi hermano me dirá pesimista... pesimista sería si desistiera de seguir poniéndole el musculo al progreso!!!





sábado, 2 de abril de 2016

El concurso de belleza

En uno de los libros que me leí hace como 8 años, conocí una historia que me cambió para siempre la percepción que tenía sobre un personaje de la vida nacional.

Cuenta el autor que, cuando era pequeño, una de sus hermanas, se ganó la "lotería" de ser cortejada por uno de los chicos ricos de la región. Palabras más, palabras menos, el muchachito le echó el cuento y la niña le dijo que no. Aquel, que no estaba preparado para recibir negativas, emprendió una batalla en contra de la jovencita, que incluyó nombrar a una de las yeguas que montaba con el nombre de la niña, y ufanarse de "montarla" cuando paseaba. Adicionalmente, decidió apoyar a la rival de la joven, en un concurso de belleza estudiantil. En esa época quien ganaba no era la mas linda sino la que mas billete consiguiera para el colegio. La niña, firme de convicciones pero sin mucho capital, inició una carrera contra reloj casi imposible para perder lo menos mal posible y tuvo tan buena suerte que uno de sus contribuyentes aportó el dinero suficiente para ganar, por escaso margen, la competencia juvenil. En ese momento, en un arrebato de rabia, el despechado corazón se levantó sobre una silla en el patio del colegio, y pronunció un discurso, que le valdría la expulsión inmediata del claustro. "Curas vendidos".

Fue la parte más fuerte del libro. Ni siquiera me impactó el final donde la muerte inexorablemente atrapa sin piedad al protagonista. Eso es normal en las novelas colombianas que retratan la realidad. Ni siquiera me asustó el entorno histórico de la misma. Me asustó la capacidad de venganza de un jovencito despechado porque una niña le dijo que no. 

Muchos años después, el otrora jovencito aún no conoce el significado de perder y aceptar que no fue. Usa aún todas sus fuerzas, recursos y discursos para la revancha.

Nombre del libro: El olvido que seremos.
Autor: Hector Abad Faciolince Editorial Planeta
Nombre de la joven: Victoria Abad Faciolince
Nombre de la yegua: "Vicky"
Nombre del Joven Despechado: Alvaro Uribe Vélez 

Soy Pamela Cruz escribiendo hoy 02/04/2016, sobre una de las razones por las cuales dejé de creer en un personaje cuyas acciones desde pequeño han surgido, no desde el deseo de aportar al bien común, sino desde la mas baja de las pasiones: desde la revancha.

PD: En noviembre escribí una nota llamada Tiempos Dificiles. Cambien el contexto, y aplica para estos días en Colombia.