Esta soy yo.
"Un montón de letras que formaron un diario cuando aquellos libritos alguna vez se usaron. Una carpeta repleta archivos guardados en un rincón de computador esperando un lugar expuesto al mundo. Un espacio donde dejar al aire las palabras atrapadas en una mente en constante ebullición. Muchos temas un solo espiritu, el mio."
viernes, 21 de agosto de 2015
El toque de un Angel
sábado, 15 de agosto de 2015
Love Reloaded
A uno no le dicen que pasa después de la semana de luna de miel; simplemente creemos que nos convertiremos en un matrimonio como el que vimos de cerca. En mi caso, el de mis padres. Pero nadie nos dice como se llega a ser uno así. Nadie dijo como es que se arman acuerdos, como por ejemplo, para escoger el lado de la cama (hasta mis 25 a mi que me importaba el lado de la cama, si la tenia para mi solita). O quien lavaba los platos y quien cocinaba o quien administraría el dinero del hogar, o que tipo de carro escoger, donde vivir, cuantos hijos tener, en que colegio estudiar, donde pasar vacaciones, a que lugar ir para celebrar los 18 años de casada.
lunes, 3 de agosto de 2015
Superando miedos
Una de mis grandes pasiones es viajar. Cuando trabajaba en Carulla Vivero, de las cosas que mas me encantaba era montarme en un avión, sentir la energía del despegue y surcar los cielos cada 40 días. Amaba mi trabajo y una de las razones era vivir montada en un pájaro metalico. Mi aerolinea preferida desde entonces era Copa, y no es publicidad. A fuerza de vernos cada mes y medio, las niñas del counter sabían cuando llegaban "las mujeres de Vivero". Nos consentian y nos dabam millas que nunca usé, por tonta. Jamás supe que los dos momentos que más gozaba, el despegue y el aterrizaje, eran los más peligrosos en un vuelo. Tampoco contemplé jamás que mi hijo se quedara sin madre, a mis 34 años viajando en uno de los medios más seguros del mundo. Ni siquiera la legendaria historia del susto que pasó media compañia cuando viajaba de Bogotá a Barranquilla y el avión entro en una turbulencia tal que todos pensaron que sería su ultimo viaje en la tierra, me afectaba. Yo amaba mis dos momentos especiales y luego dormía o hablaba todo el camino con mi amiga Piedad, mi compañera regular de viajes.
Fue mucho después, trabajando en la Universidad y durante un viaje a Bogotá que se me apareció el coco del viajero. Una turbulencia de tal magnitud que removió los recuerdos mas profundos de mi vida. Todos en el avión nos sumimos en un solemne silencio mientras el avión se movía, subía y bajaba violentamente. Seguia en silencio mientras la señora de enfrente oraba el padre nuestro una y otra vez, como en replay. Yo, con los ojos cerrados y aferrada a la silla, recordaba a mi hijo, el dia de su nacimiento, el poco tiempo que pasaba con él y todo el arrepentimiento de sentir que abandonaría a mi hijo pequeño en ese preciso instante. Fueron los segundos mas largos de mi vida. Y si antes de alli no entendí el concepto de tiempo relativo de Einstein, allí me quedo totalmente claro. Sobra decir que sobreviví al espanto y como daño colateral, me quedé con un terrible temor a volar.
Despues de esa vez tan pavorosa, me ha tocado usar una técnica aprendida con mi amiga Claudia -coach de profesión- y que consiste en imaginarme que ingreso dentro de una nube y que La Mano Poderosa del quien Me Cuida dirige el plan de navegación. Es como entrar al castillo de Harry Potter con las gafas de realidad 3D que te muestra q vas volando cuando la realidad es que estas en un agujero negro que te lleva durante dos minutos por sensaciones extremas.
Cada que me monto en un avión no puedo evitar recordar ese momento horroroso de mi vida. Al igual, tambien reuno la fuerza necesaria para descansar el vuelo en el Capitán Supremo del mismo y renuevo aquello que llaman fé para llegar sana y salva a mi destino. Mientras tanto, El me regala momentos como el que pude disfrutar hoy, un atardecer de altura, un regalo supremo, insuperable, majestuoso, recompensa por poner mi cuerpecito y el de mi familia en Sus Manos. La vida es así, un avión que puede llevarte por rutas tortuosas de vez en cuando o regalarte paisajes como el que les comparto hoy, que renuevan eso de lo que todos pedimos, así sea en una dosis como la de un granito de mostaza.
Soy Pamela Cruz escribiendo mientras preparamos nuestros puestos proximos a aterrizar en uno de los viajes que seguire teniendo mientras aprendo a superar mis miedos.
Amor de Hermanos
Estoy con mis dos sobrinos en Miami. He disfrutado en exclusiva 3 días de ellos. Los regaño como me regañaban mis tíos o mis padres cuando los veo pelear. O jugar al mejor estilo de los hermanos. Ayer estuve con mis amigos y mi familia en el cumpleaños de mi hijo. Yo con hijo único, no he lidiado hermanos y solo veo los toros desde una cómoda barrera. Mientras conversaba con mis amigos, veía con deleite como mis dos sobrinos - hijos de mi cuñada- se demostraban su afecto dándose puños porque se comían la comida del otro, porque no se dejaban en paz, porque, porque no tenían nada que hacer y querían joder la vida", literalmente hablando. Los hijos de mis amigos, -Lucho y Bernie-, corrían en competencia por la piscina mientras tratábamos de hacer que se mantuvieran quietos como estatuas en una silla. Reclamaban, a sus escasos 5 años, independencia y equidad en los movimientos del hermano con respecto a los suyos. "Por qué él sí puede ir a la piscina y yo no, mamá?" Mi dos sobrinos, hijos de mi hermana se demuestran cariño sacándose la piedra mutuamente. Se halan el pelo, se tiran cosas. "Se remedan" como decía mi abuela. Los hermanos, ponen a prueba la paciencia de los padres, caí en la cuenta ayer.
Hoy, nuevamente tuve la dicha de pasar con sobrinos el día. Mientras veía como se pelaban, reconciliaban, no se hablaban y volvían y repetían el ciclo nuevamente mis dos sobrinos y los de mi esposo, recordé como había sido mi infancia y adolescencia con mis hermanas. Tuvimos esas mismas peleas, nos reconciliábamos, nos dejábamos papelitos, nos escribíamos, nos disculpábamos y nos jurábamos jamás volver a pelear, sólo para descubrir que la tregua no duraba ni 24 horas. Pasamos tantos años como los hermanos que vi en mis vacaciones que estoy segura que estas discusiones son las que fortalecen el carácter y alimentan la resistencia ante los embates de la vida. Si uno puede sobrevivir al bullying de los hermanos y a la bipolaridad amor-odio que se vive día a día en una relación filial, se está preparado para enfrentar al mundo.
Soy Pamela Cruz, escribiendo en mi ultima noche de vacaciones en esta maratónica jornada de escritura, añorando esa época donde nos demostrábamos nuestro cariño cara a cara con algún golpecito suave o algún arañazo sencillo y luego, dejando constancia del desagravio, terminábamos la faena con un papelito lleno de arrepentimiento y de mucho amor de hermanas.
sábado, 1 de agosto de 2015
Uniformes
Excusas y Encuentros
La vida esta llena de excusas. Nos la pasamos inventando excusas para lograr lo que queremos, para ver a quien deseamos, para evadir lo que no nos gusta. Cuando era pequeña mi hermanita menor evadía las verduras con la excusa de ir al baño por un dolor repentino e inevitable. Yo, en mi época de enamorada, llamaba a la victima de turno con cualquier excusa solo para escuchar su voz. La excusa me salvó mil veces de una tarea, un accidente en la carretera fue una buena excusa cuando llegué tarde a una cita. Las excusas sirven para arreglar un entuerto.
A 48 horas de terminar nuestras vacaciones, nuestro "El paseo 6", y que otro dia revelaré por qué, he reflexionado sobre las excusas que nos condujeron a Disney: Un dolar de $2.000 fue una excusa perfecta para comprar 3 tiquetes hace mas de 6 meses. Un cambio de trabajo fue una excusa perfecta para un viaje que desintoxicara el cuerpo, la mente y el espíritu y lo preparara para lo nuevo que ha de venir. Una buena promocion de hotel fue una excusa perfecta para alojarnos en un Resort Infantil con muchas familias que querían vivir una experiencia Disney. Estar a 45 minutos en carro de la casa de mis compañeros de colegio fue una excusa excelente para una cena, para conocer a sus familias, para compartir una tarde, para recordar buenos tiempos. Los 16 años de mi hijo, cumplidos ayer fueron la excusa perfecta para reunirnos con la familia: la mía, la de mi esposo y con nuestros amigos. Volver a verlos nos causa un enorme placer. Su cumpleaños fue una excusa maravillosa para pasar una tarde en playa, comiendo asado, disfrutando el momento. Volver a verlos fue una excusa perfecta para recordarnos a nosotros, sin maquillaje, sin adornos. En esencia pura.
Soy Pamela Cruz escribiendo el último día de vacaciones, a 24 hr de emprender el regreso a nuestra vida cotidiana, con las baterias y el espíritu recargado gracias a las excusas que nos permitieron encuentros maravillosos con los seres queridos que alimentan el alma.
Gracias Adela, Maria Victoria, Edwin George, Luis, Bernie, Adriana, Jose, Naty, Danny, Luz K, Ricky, David, Karime.
Gracias Señor
Gracias Señor porque un día como hoy hace 16 años me hiciste madre.
Gracias Señor por todos los años que me diste un buen dormir porque a partir del 1 de agosto, mi sueño tiene una dosis de vigilia permanente.
Gracias Señor porque cuando nació conté 10 dedos de las manos y 10 dedos de los pies.
Gracias Señor porque a pesar de la presión del biberón pude lactar a mi hijo.
Gracias Señor porque me diste un esposo con paciencia infinita que ayudó en las noches de pañales y cólicos sin fin.
Gracias Señor por cada año, por cada reto superado. Por una infancia completa por una adolescencia tranquila, por un hijo centrado en un mundo fuera de sí.
Gracias Señor por el cariño demostrado, por la capacidad de perdón, por todos los abrazos y por los "Te Amo mamá" que me das cada día.
Gracias Señor porque a pesar de las pataletas siempre Estás adentro mostrando el camino seguro, el camino del bien.
Gracias Señor porque siempre estás en nuestro hogar y porque el poderoso nombre siempre evoca Tu Presencia.
Gracias Señor por nuestro Emanuel "Dios con nosotros".